Gobierno TI: el camino hacia la eficiencia

Cuando la gestión es la clave

La carencia de personal cualificado en los departamentos de Sistemas de Información, las cuestiones relacionadas con la provisión de servicios y la dificultad para probar el valor de las TIC se han convertido en algunos de los grandes retos a los que se enfrentan los CIO. El Gobierno TI puede ser la respuesta a sus problemas.

Las metodologías de gestión de proyectos, la reingeniería de procesos basados en las mejores prácticas (ITIL, CMMI), el auge de determinadas certificaciones (ISO 27000, ISO 20000) y la implantación de los cuadros de mando a todos los niveles, han estado desde hace mucho tiempo entre las prioridades de todos los CIO.
El Instituto de Gobierno TI (ITGI) nació en 1998 con el objetivo de avanzar en el pensamiento internacional y estándares encaminados a la dirección y control de las Tecnologías de la Información de una empresa. Esta fecha nos da una idea muy clara de que la preocupación por la estandarización, por la calidad y por la transparencia en las organizaciones no es un fenómeno nuevo, sino que viene de lejos.
Otra prueba de ello es el reciente anuncio por parte de la OGC (Office of Government Commerce), organismo del Departamento del Tesoro Británico (Ministerio de Hacienda) que controla los derechos de ITIL, de retirar ITIL v2. La decisión se ha adoptado tras analizar las conclusiones de un estudio realizado por itSMF Internacional durante el tercer trimestre de 2009: de más de 1.300 organizaciones representativas del sector de gestión TI a nivel global, sólo el 8% cree apropiada la permanencia en el mercado de la certificación ITIL v2 más allá del horizonte de junio de 2011. En resumen, el Gobierno TI está en la agenda de muchos CIO, aunque no todos ellos se muevan cómodos con este concepto y su definición.
El papel de las TI en el consejo de dirección gana cada vez más peso y, de hecho, el 32% indica que la tecnología siempre hace acto de presencia en el consejo de dirección y un 18% asegura que informa al negocio de las oportunidades potenciales. Además, en épocas de crisis, el Gobierno TI cobra un mayor protagonismo porque es una buena vía para recortar gastos. Sin embargo y dado que se trata de una estrategia a largo plazo, quienes no tengan hechos los deberes hasta ahora, no podrán esperar retornos de la inversión hasta dentro de un par de años. No hay que olvidar que adopciones de buenas prácticas como ITIL persiguen la mejora de la gestión de las incidencias, inventariar en una base de datos todos los elementos de la configuración o garantizar una adecuada implantación de los cambios. Y todo ello se traduce, finalmente, en dinero.

El denominador común
Uno de los últimos estudios del IT Governance Institute ponía de manifiesto que el 58% de los CIO demandan más personal en sus departamentos, comparado con el 35% que lo hacía en 2005. Esta cifra, con el recrudecimiento de la crisis presumiblemente se habrá disparado. A ello se suman los problemas de la baja cualificación del personal con que se cuenta –un 38% lo reconoce- y las problemas propios de la provisión de los servicios TI, según señala un 48%. ¿Cuál es la consecuencia directa? La subcontratación masiva, con los problemas que ello implica.
Contar con una docena de proveedores distintos (en el mejor de los casos) supone aglutinar una docena de metodologías distintas a la hora de no sólo desarrollar software, sino de diseñarlo, liberarlo, compilarlo, probarlo y documentarlo. En definitiva, un caos que deriva en la total dependencia de los proveedores y, a medio plazo, una caída de la eficiencia, pues en muchas cosas se producen replicaciones de funcionalidades.
Paralelamente, sin una estrategia de Gobierno TI es frecuente caer en el error de centrar el foco en los aspectos económicos, más que en los planes estratégicos. Los procesos son la clave para garantizar el éxito y, en este sentido, no basta sólo con que las acciones ejecutadas se realicen correctamente, sino que éstas además respondan (e incluso, anticipen) las necesidades del negocio. En los últimos años la tendencia se ha invertido en el mundo de las TI, poniendo mayor énfasis en la I que en la T, hasta el punto de que muchas compañías prefieren que sus sistemas de información sean gestionados por ‘gente de negocio’, no de tecnología.

La opinión del consultor
Rob Whiteley, vicepresidente y analista principal de Forrester Research, pone la crisis en el centro de las estrategias de Gobierno TI y, en concreto, de cara a los retornos de inversión. Esa ha sido, en su opinión, la tónica general en las empresas durante los últimos 18 meses. La pregunta es, ¿qué nos depara el año 2010? Su respuesta: el ‘síndrome del objeto brillante’.
El escenario que dibuja Whiteley se aleja hasta la fecha de un esfuerzo en I+D+i: “normalmente el profesional de infraestructuras y operaciones pone el acento en la utilización innovadora de la tecnología que soporta el negocio. Sin embargo, en el último año y medio, ha habido de todo, menos innovación”. El consultor habla de una situación marcada por recortes del 20% en el presupuesto operacional, con reducciones del 16,3% en el gasto en infraestructuras respecto a 2008.
No obstante, su lectura para este año es positiva, con un fuerte incremento precisamente en esta área. Según Forrester, el gasto en infraestructura crecerá algo más del 9% este año y, como consecuencia, surge un dilema: priorizar los esfuerzos en la organización en busca del ansiado ROI, mientras los cantos de sirena (el síndrome de los objetos brillantes) hacen mella en el departamento TI, como es el caso del cloud computing.
Desde el punto de vista de Whiteley, la prioridad número uno tiene que ser el mantener el orden de las operaciones e infraestructura dentro de la organización. Para ello, “muchas organizaciones están volcándose en implantar buenas prácticas como ITIL invirtiendo millones de dólares en herramientas de fabricantes como HP, IBM o BMC, pero eso no es suficiente”.
Su recomendación pasa por no descuidar aspectos como la automatización de los procesos TI porque, al final, cerca del 75% del tiempo de los departamentos de sistemas se destina a apagar fuegos más que a centrarse en las operaciones de negocio. En segundo lugar, sugiere optimizar el centro de proceso de datos (la automatización proporciona ahorros del 40%), mirando para ello hacia la consolidación y la virtualización. No se acomete realmente una gran modernización de los CPDs desde que se hiciera con motivo del efecto 2000, según el experto.
Por último, Whiteley apuesta por una transformación de entorno desktop. No tiene sentido mejorar las operaciones reestructurando el CPD si el desktop permanece igual. El cambio ha de producirse de principio a fin para conseguir que “los usuarios, los partners, incluso los clientes, sean más productivos”. Y para todo ello, un buen planteamiento de Gobierno TI será clave.


Las preguntas que debe hacerse un CIO
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- Si invierto fondos extra en TI, ¿qué obtengo a cambio?
- ¿Cómo responde mi 'benchmark' de TI respecto al de mi competencia?
- ¿Estoy obteniendo de la tecnología lo que esperaba inicialmente de ella?
- ¿Cómo puedo aprovechar las lecciones del pasado en cuanto a rendimiento para optimizar mi

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