Retos del CIO del sector educativo para los próximos doce meses

Con todas estas demandas, los CIO de las instituciones educativas (ya sea en universidades o en centros de enseñanza primaria y secundaria) tienen abiertos no pocos frentes si pretenden preparar sus sistemas de información para soportar toda esta avalancha tecnológica. Algunas de las principales tendencias tecnológicas identificadas para 2016 tienen una repercusión clara en el ámbito educativo. Veamos algunas de ellas:

-    Internet of Things (IoT): ¿es realmente IoT algo con lo que realmente nos encontramos en los entornos educativos? No cabe duda. No sólo hay cada vez más dispositivos wearables, cámaras, sistemas de control, pizarras digitales, etc. que se conectan a las redes Wi-Fi de los centros, sino que incluso los propios alumnos pueden diseñar sus propios dispositivos IoT en talleres prácticos de electrónica (por ejemplo, piénsese en Arduino o Raspberry PI). Se ha empezado ya a hablar del concepto smart school, similar al de smart city, como un entorno en el cual los dispositivos inteligentes toman cada vez mayor protagonismo. Todas estas novedades son un reto para la gestión de la red, pero sobre todo para la red inalámbrica, ya que muchos de estos dispositivos IoT se conectan por Wi-Fi: videocámaras, controles de acceso, sistemas de climatización, sensores de todo tipo, etc.

-    Realidad virtual en el aula. Las tecnologías de realidad virtual y aumentada permiten acceder a experiencias educativas desconocidas hasta ahora, y son aplicables a múltiples tareas, desde una clase de historia a un trabajo de campo. Es una tecnología cada vez más asequible y hay ya centros que están empezando a experimentar con ella. Pensemos en las gafas de cartón de Google y varias aplicaciones para este dispositivo orientadas específicamente para el aula, como es el caso de Expeditions.

-    Evaluación online. Ya hay tecnología para poder realizar la evaluación del trabajo del alumno con garantías. La posibilidad de realizar análisis de uso de aplicaciones en red (network analytics) permite conocer toda la actividad del alumno cuando utiliza las aplicaciones educativas, incluidos eventuales intentos de engañar al sistema. Se puede rastrear cuanto tiempo dedica el alumno a un trabajo o a responder a una pregunta de un examen, y obtener información muy valiosa sobre el proceso de aprendizaje. Técnicas como la discriminación por ítems ofrecen rápidamente datos sobre la validez de las respuestas en los exémenes individuales.

Y todo esto, ¿qué implicaciones tiene para el CIO de un centro educativo o Universidad? En primer lugar, necesita asegurarse de que su red Wi-Fi va a tener la capacidad necesaria, en términos de ancho de banda y de capacidad de dar conectividad a usuarios, para satisfacer la demanda de acceso a red, no sólo de profesores y alumnos, sino también del creciente número de dispositivos autónomos instalados. En segundo lugar, es el CIO el que debe asumir el liderazgo de esta revolución tecnológica en el aula. De lo contrario, los usuarios resolverán el problema por su cuenta, y el aula se convertirá en un batiburrillo de dispositivos dispersos, con escaso control por parte de TI. Esto provoca no pocos problemas, que van desde falta de garantías en cuanto a privacidad y seguridad de la información hasta un uso poco eficiente de los recursos destinados a tecnología.