¿Es la salida de Ozzie buena o mala para el éxito de Microsoft en la cloud?

La decisión de Ray Ozzie, arquitecto en jefe para software de Microsoft, de dejar su puesto, recién anunciada por Steve Ballmer en un correo electrónico interno, marca el final de cinco años de andadura durante los cuales Ozzie ha ayudado a la compañía a desarrollar su estrategia de cloud computing y, en concreto, su plataforma Windows Azure.

La información facilitada por Ballmer sobre el momento en que Ozzie dejará la empresa ha sido bastante vaga. Sólo ha dicho que “permanecerá con la compañía mientras transfiere los equipos y proyectos estratégicos en marcha dentro de su organización” y que seguirá “a bordo durante un tiempo”. Durante ese período, Ozzie se dedicará también al negocio de Microsoft relacionado con el entretenimiento.

No se sabe lo que hará después Ozzie y Ballmer ha anunciado que no tiene intención de sustituirlo. El puesto desaparecerá. Pero, ¿qué deja este ejecutivo detrás de sí en Redmond? y ¿qué efecto tendrá su salida sobre la imagen de Microsoft?

Los analistas de la industria coinciden en la opinión de que Ozzie ha tenido un enorme impacto sobre el cambio de Microsoft hacia el modelo de una informática basada en la cloud. El memorando Internet Services Disruption, elaborado por él en 2005 es considerado como un punto de inflexión en la historia de Microsoft al marcar simbólicamente el momento en que la empresa decidió crear servicios y software con un modelo de negocio más basado en la publicidad.

Los productos resultantes del nuevo enfoque incluyen hasta el momento los servicios Windows Live, las versiones online de Exchange y SharePoint, Office Web Apps y, por supuesto, la plataforma como servicio (PaaS) Windows Azure.

Pero en lo que no están tan de acuerdo los analistas es en el impacto que tendrá la salida de Ozzie en Microsoft. Puede ser vista como un signo de que la compañía fracasó en su intento de sustituir a Bill Gates o de que las ofertas cloud de Microsoft disfrutan ya de una posición lo suficientemente fuerte como para que Ozzie pueda marcharse tranquilo. O quizá sea que Microsoft no necesita un arquitecto en jefe para software; después de todo, parece que considera poder seguir sin éxito eliminando el puesto.

En opinión de Roger Kay, presidente de la firma de investigación especializada en tecnología Endpoint Technologies, para Microsoft será un gran problema seguir sin un arquitecto jefe para software. Y, lo que es peor, la compañía pierde al hombre que se suponía sustituía a Bill Gates.

Gates supo sacar toda su magia en un momento clave de la historia y nadie pudo estar a su altura. Ahora la salida de Ozzie refleja la incapacidad de Microsoft para mantener su brillo, según Kay. “La compañía tendrá que ser muy hábil para convencer a la gente de que continúa siendo líder en innovación tecnológica”, asegura.

Por su parte, Wes Miller, vicepresidente de la firma de investigación independiente Directions on Microsoft, está de acuerdo en que la pérdida de Ozzie tendrá un efecto negativo sobre la imagen de la compañía. Este año han sido varios los ejecutivos importantes –Bill Veghte, Mike Nash, Stephen Elop, J Allard y Robbie Bach- que han dejado la empresa, pero la marcha de Ozzie será la mayor pérdida, según Miller. No debemos olvidar que fue la persona elegida para sustituir al propio Gates.

Aún así, Miller también señala que dejando marchar a Ozzie, Microsoft está diciendo de alguna manera que confía en que Windows Azure y sus demás servicios cloud pueden seguir adelante sin él. “Creo que Ozzie y Microsoft están comunicando que la compañía está avanzando en el reino de las plataformas cloud y ha construido una fuerte oferta en Azure. En lo que atañe a la innovación en tecnología cloud, no pienso que la salida de Ozzie vaya a tener un impacto negativo”.

De cualquier modo, aunque Ballmer ha dejado claro que no tiene planes de sustituir a Ozzie –una decisión que, según Miller, coloca más peso sobre los hombros del propio Ballmer- el blogger de ZDNet Ed Bott se pregunta en un post si la compañía realmente necesita un arquitecto jefe de software.

Aparte del hecho de que Ozzie, quien es un “mago” intelectual pero también un hombre introvertido, fuera casi “invisible como rostro público de Microsoft”, escribe Bott, “quizá es una buena idea no cubrir el puesto”. El motivo, según defiende Bott, es que la mayoría de las decepciones que ha sufrido Microsoft en los últimos tiempos tienen su origen en una excesiva concentración en las grandes ideas con un excesivo énfasis en la arquitectura y la insuficiente atención a la construcción real del producto.



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