Los tres niveles de madurez de SOA

Si se les pidiera que indicaran en qué zona ubicarían a SOA dentro de la curva de Gartner, un instrumento desarrollado por la consultora para identificar las fases de desarrollo de una tecnología desde su invención hasta su amplia aceptación, probablemente la mayoría de los CIOs contestarían que se encuentra en las proximidades del "máximo de expectativas infladas". Abunda la retórica y los suministradores se esfuerzan por convencer a los clientes de que cualquier cosa que hacen o cambian resulta crítica para SOA.

Thomas Erickson, director general de Systinet, una empresa que vende lo que define como una plataforma de gestión del ciclo de vida y de gobierno SOA (Service Oriented Architecture), sin embargo, ofrece una visión más granular, identificando tres etapas de madurez de esta arquitectura.
En la primera de ellas, las empresas orientan sus aplicaciones a servicios utilizando APIs estándar. Aunque los costes son modestos, se obtienen ya beneficios de negocio, según Erickson.

Si se desea , por ejemplo, relacionar una aplicación de gestión de pedidos SAP con el warehouse de la empresa, contar con sistemas orientados a servicios que utilicen un lenguaje común simplificará el proceso. Esta es la parte positiva. “Pero alguien tendrá todavía que realizar las conexiones de manera manual. Por tanto, no será realmente una solución orientada a servicio. En cualquier caso, los sistemas estarán estrechamente relacionados, de manera que un cambio en uno de ellos, podrá llegar a interrumpir el servicio de otro”. Este es el punto en que la mayoría de los clientes que han implementado SOA se encuentran hoy en día, aunque algunas empresas cuentan con despliegues más avanzados que otras, según Erickson.

Las pocas empresas que han entrado en la segunda fase son aquellas que utilizan servicios SOA para construir nuevas aplicaciones o modernizar las ya existentes. Alcanzar esta etapa significa que la compañía obtiene visibilidad sobre quién está utilizando qué servicios y conocimiento de las interdependencias de la aplicación. Es más, en esta fase se hace factible reutilizar servicios porque se introduce un mayor conocimiento en las políticas a las que éstos deberán adherirse, como son los requerimientos de seguridad y de disponibilidad, según Erickson.

SOA dinámica
No obstante, todavía permanece una limitación importante: no existe forma automatizada de asegurar que cambiar un servicio no afectará al funcionamiento de los componentes con él asociados. Esto se consigue en la tercera etapa, con la llegada de lo que Erickson denomina SOA dinámica. En este entorno una nueva versión de un servicio podrá notificar a los usuarios la actualización, y éstos podrán determinar entonces si y cómo podrán beneficiarse de ella. En caso de que ocasionara más daño que beneficio, podrán decidir continuar con el servicio anterior. “Todo se hace más dinámico”, indica Erickson.

En su opinión, todavía habrán de pasar algunos años hasta que se empiecen a desplegar este tipo de entornos, y su desarrollo dependerá en gran medida de la disponibilidad de más estándares para asegurar que las políticas son interoperables.

Aunque en estos momentos los 170 clientes de Systinet se caracterizan por tratarse de grandes organizaciones, Erickson opina que, pronto, SOA empezará a ser utilizado en aplicaciones de cadena de suministro, algo que necesariamente acelerará su adopción en empresas de menor tamaño. Este cambio en el mercado de SOA marcará su movimiento a través de la curva de Gartner.


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