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Salud mental y transversalidad, pilares fundamentales para un modelo óptimo de gestión de equipos

Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental celebrado el 10 de octubre analizamos, de la mano de diversos expertos, cómo ha afectado la digitalización a la gestión de la salud emocional de los trabajadores por parte de los CIO.

salud mental gestión equipos

La salud mental ha sido, desde tiempos ancestrales, la gran olvidada de las empresas en favor de la productividad y el logro de objetivos de negocio. Sin embargo, fue la pandemia derivada de la Covid-19 la que volvió a brindarle el valor y protagonismo que parecía haber perdido. En concreto, según cifras publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 1.000 millones de personas en todo el mundo padecen algún tipo de trastorno mental, lo que influye directamente en el ámbito de la empresa ya que son las personas quien constituyen las organizaciones. Estas cifras, además, podrían ser realmente mucho más elevadas si se tiene en cuenta la falta de diagnóstico que existe en torno a las enfermedades mentales, así como su estigmatización, de acuerdo a un estudio impulsado por InfoJobs.

Hoy en día,  la salud mental desempeña un rol imprescindible en la salvaguarda del empleo de calidad y el porvenir de las actividades laborales; no obstante, aún queda mucho camino por recorrer según los datos publicados por la plataforma de empleo. Y es que entre el 27% de los trabajadores españoles que se plantea abandonar su puesto de trabajo este 2022, la salud mental se convierte en el principal motivo. Además, el 75% de los  trabajadores españoles no desconecta fuera del horario laboral y casi dos de cada diez profesionales en nuestro país (19%) afirman tener intención de cambiar de trabajo en los próximos meses por motivos de estrés. Unas cifras que podrían verse engrosadas debido a factores como la guerra de Ucrania o la incesante inflación.

Analizamos, de la mano de tres expertos –María de la Peña, CEO y directora de Consultoría de HR de Harketing; Marcos Eguillor, cofundador y CRO de Vidiv; David Tajuelo, director general de NFON Iberia-, cómo ha afectado la digitalización a la gestión del talento; qué herramientas son clave en el modelo que impera en la actualidad; cómo deberían los CIO (Chief Information Officer) gestionar la salud mental y emocional de sus equipos en plena transición digital; y, por último, cuál es el camino a seguir hacia un modelo óptimo de gestión de personas. A continuación, una vista detallada del contexto actual.

 

"Hasta que el cuidado de la salud mental no se sitúe a la altura del cuidado físico, ya más instaurado, no habremos conseguido el objetivo final”

 

María de la Peña, CEO y directora de Consultoría HR en Harketing.

 

Una relación de dos

La digitalización y la salud mental han venido caminando juntas especialmente en los últimos años. “Se ha hablado mucho del reto que la transformación digital ha supuesto para el sector empresarial, sin embargo, no se ha hablado tanto del impacto que esta transformación acelerada ha tenido en los trabajadores”, defiende Tajuelo. “De la noche a la mañana millones de empleados han tenido que cambiar drásticamente su forma de trabajar y adoptar las nuevas tecnologías a una velocidad vertiginosa. Los esfuerzos de los trabajadores por adaptarse han tenido y siguen teniendo consecuencias negativas en su salud mental que aún hoy se estudian”, prosigue. Algo con lo que también coincide De la Peña: “Si bien hay que decir que la tecnología llegó justo en el momento que más la necesitábamos, la falta de hábitos digitales, el confinamiento y los propios efectos de la pandemia dispararon los niveles de estrés y ansiedad”.

Indudablemente, la Covid-19 impactó en nuestras vidas generando un cambio de paradigma y alterando el orden de nuestras prioridades, algo que, según comenta De la Peña, “supone un replanteamiento del entorno empresarial y de los programas de salud y bienestar”. “En primera instancia, la prioridad fue proteger a las personas del virus en el entorno laboral y tener unos protocolos de actuación claros ante cualquier brote, pero después de esto, el bienestar emocional, trabajado mucho menos o no trabajado en la mayoría de las empresas en la época pre-pandemia, ha cobrado un especial protagonismo y su gestión se ha vuelto imprescindible”.

 

"El bienestar mental de los empleados está en la agenda prioritaria de los CIO y jugará un papel cada vez más importante

 

David Tajuelo, director general de NFON Iberia

 

 

Gestión en plena transición digital

Muchos entornos laborales siguen en plena transición hacia el escenario digital y las personas todavía están adaptándose hacia las nuevas formas de trabajo que facilita la tecnología. Por ello, recalca Eguillor, “es importante buscar más contacto en más espacios y canales, con más frecuencia”. Y es que, dice, “para desarrollar la dimensión humana de la organización y su cultura, para cuidar del sentimiento de pertenencia y la contribución de los profesionales, es necesario pasar por el confort y la sensación de seguridad de sus miembros, que requiere de facilitar que el territorio sea fértil para que compartan sus miedos, preocupaciones, alegrías y emociones”.

En este sentido, agrega Tajuelo, “la tecnología es una aliada”. “Vivimos hiperconectados, y esto tiene sus luces y sus sombras. Desde el punto de vista corporativo, debemos aprovechar las capacidades que nos proporciona la tecnología para mantener una conversación continua con nuestro personal para estar al día de lo que necesitan y cómo satisfacer sus expectativas. Asimismo, no debemos olvidar lo físico, ya que la falta de contacto personal como consecuencia del teletrabajo fue uno de los factores de estrés identificados en nuestro estudio europeo, donde el 37,1% de españoles se sintieron ansiedad por la falta de contacto social con sus compañeros”.

Así, en este escenario, subraya De la Peña, “las áreas de salud y bienestar tienen que ocuparse de detectar los riesgos inherentes a los puestos digitalizados y tomar medidas de prevención y sensibilización en sus programas, de la misma manera que se ha hecho siempre para evitar patologías físicas”. Y es aquí, en este punto, donde la comunicación juega un papel clave, según han coincidido los tres expertos.

 

Presente en la agenda de los CIO

Para De la Peña, ha sido la pandemia la que “ha puesto la salud mental en el radar de todas las organizaciones”; no obstante, dice, “no creo que la gestión de la salud mental haya cambiado solo para los CIO y los líderes, sino para cualquier persona”. “Nos hemos dado cuenta de lo vulnerables que podemos llegar a ser y de lo importante que es una buena salud emocional, se están derribando muchos prejuicios que existían antes y su cuidado ha subido muchos puestos en nuestra escala de prioridades. Como personas y como empresas”, avanza. Algo que también refrenda Tajuelo: “La delgada línea entre el trabajo y la vida personal se vuelve aún más delgada cuando se trata del teletrabajo. Por tanto, creo que el bienestar mental de los empleados está en la agenda prioritaria de los CIO y jugará un papel cada vez más importante”.

 

"El reto no es del lugar de trabajo y las organizaciones públicas o privadas, sino de toda la sociedad en su conjunto"

 

Marcos Eguillor, cofundador y CRO de vidiv.

 

¿Dónde poner el foco?

Por el momento, coinciden los tres expertos, “queda mucho por hacer”. Algunas empresas están trabajando intensamente en ello pero otras van a remolque. Solo el 18% de las empresas con más de 50 trabajadores cuentan con algún tipo de programa de wellness corporativo, mientras que las compañías con menos de 50 trabajadores no suelen tener ningún programa de este tipo, según Sodexo. Así, en el caso de la salud mental, reivindica De la Peña, “hasta que su cuidado no se sitúe a la altura del cuidado físico, ya más instaurado, no habremos conseguido el objetivo final”.

 Para ello, añade Tajuelo, es necesario poner el foco “en el compromiso”. “La salud mental y el papel que juega el trabajo en ella es una realidad incuestionable. Ahora queda conseguir que todos los niveles de la empresa se comprometan a encontrar formas de mejorar el bienestar psicológico de sus empleados. Hay que centrarse en acciones de liderazgo saludable que desarrollen políticas que aborden la salud mental como una prioridad”. Para Eguillor, “el reto no es del lugar de trabajo y las organizaciones públicas o privadas, sino de toda la sociedad en su conjunto. Debemos considerar la necesidad de humanizar e incorporar comportamientos y políticas que faciliten y desarrollen la salud integral de las personas, desterrando la toxicidad”, concluye.



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