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La adopción de Internet y el móvil beneficia a los países en vías de desarrollo

Las estimaciones sobre la contribución de Internet al PIB varían, pero existe consenso en que en 2010-2011 su valor era más del 3,4% del PIB de las mayores economías del mundo, según The Economist y SAP.

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Además, en 2016 se espera que el valor de Internet se duplique con respecto a las cifras de 2010. Internet tiene más valor para la economía global que industrias más tradicionales como la agricultura o la energía, es una de las conclusiones a las que conducen los datos recogidos en un informe de The Economist Intelligence Unit y SAP. Se trata una parte importante de la economía global y con un pronunciado impacto en los índices de crecimiento económico.

 

Con el fin de conocer los cambios que está propiciando la hiperconectividad en el panorama macroeconómico, empresarial y social, y realizar este estudio, se ha entrevistado a grandes expertos mundiales de diferentes campos de la Economía y se han consultado diferentes investigaciones.

 

Internet contribuyó en un 20% al crecimiento del PIB de las 13 mayores economías en el período comprendido entre 2004-2009, y la Comisión Europea ha señalado que las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones representaron un tercio del crecimiento de la Unión Europea entre 1995 y 2007. Estas cifras son un claro testimonio del papel crucial que juega la hiperconectividad en la sociedad moderna.

 

No obstante el auge de la hiperconectividad ya ha golpeado fuertemente a varias industrias: la mayor parte de las ventas de libros y música ahora se realizan online, lo que ha puesto contra las cuerdas a los vendedores tradicionales y ha originado serios problemas a los editores de periódicos y de música, que ven cómo sus clientes les abandonan. Muchas otras industrias se verán forzadas a realizar cambios en los próximos años, a medida que aumentan las ofertas alternativas a todos los sectores, desde el alquiler de coches hasta la reserva de hoteles. Esto hará que la mayoría de las compañías tengan que adaptar su negocio para convivir con la nueva tecnología y con el hecho de que la elección de los consumidores provenga de Internet.

 

La hiperconectividad difuminará las líneas que separan los diferentes sectores de negocio, pero permitirá que prosperen aquellos que consigan adaptarse.

 

Sin embargo, la adopción continuada de tecnologías como Internet y el móvil beneficiará especialmente a los países en vías de desarrollo. Menos de la mitad de la población mundial tiene acceso a Internet y los beneficios económicos y sociales de un mayor uso son impresionantes: un estudio del sector sugiere que si las economías en vías de desarrollo incrementaran la penetración de Internet a los niveles de los países ricos, los índices de crecimiento del PIB se situarían en un 72% y se crearían 140 millones de empleos. Y lo más importante, se salvarían millones de vidas a través de la mejora de la salud y cientos de millones de personas saldrían de la extrema pobreza.

También hay una fuerte evidencia de que incrementar el uso de teléfonos móviles inteligentes puede contribuir al crecimiento económico.

 

El impacto económico de Internet de las Cosas está aún por determinar. La hiperconectividad experimentará un crecimiento extraordinario con Internet de las Cosas, ya que el número de “cosas” conectadas (excluyendo PC, tablets y smartphones) se multiplicará por 30 entre 2009 y 2020.

Sin embargo, la aceptación está siendo lenta y podrían pasar décadas hasta que se materialicen ventajas como la producción eficiente y las campañas de marketing altamente dirigidas. Eso significa que es demasiado pronto para cuantificar los beneficios finales, aunque existen pocas dudas de que se está produciendo un profundo cambio.

 

Aunque la hiperconectividad ha acelerado la globalización pero también podría propiciar la vuelta de la producción industrial a los países desarrollados. La hiperconectividad, precisamente, ha propiciado que pequeñas empresas hayan sido capaces de establecer cadenas de suministro y bases de clientes multinacionales, lo que ha conducido a la aparición de las denominadas “micro-multinacionales”.

 

Sin embargo, a largo plazo, la automatización extrema auspiciada por la hiperconectividad podría llevar a que la producción volviera a plantas en los caros países desarrollados por la necesidad de disponer de personas con una alta cualificación.

 

La hiperconectividad es un nuevo entorno cultural para el comportamiento humano. El impacto en el comportamiento todavía no se ha desarrollado completamente, por lo que las empresas tienen que ser sensibles a los cambios en los valores sociales y en las expectativas de los clientes a medida que ese impacto evolucione. El resultado final sigue siendo incierto.



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