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La inteligencia artificial alimenta a los langostinos de Nueva Pescanova

Con la ayuda de Microsoft, ha puesto en marcha la primera granja acuícola inteligente de langostinos en el mundo, en la que ha logrado multiplicar por cuatro la producción.

Nueva Pescanova Microsoft

Nueva Pescanova ha desarrollado junto a Microsoft la primera granja acuícola inteligente de langostinos del mundo con ayuda de servicios en la nube de Azure y sus servicios de Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas y Big Data.

El proyecto se enmarca en el Plan Estratégico de Acuicultura 4.0, un acuerdo de colaboración de Nueva Pescanova y Microsoft para desarrollar soluciones que buscan optimizar los procesos de acuicultura y la mejora de la salud y el bienestar animal mediante la I+D+i continua. En concreto, este sistema les ha permitido garantizar que la cría de los langostinos vannamei, que se caracteriza por ofrecer grandes cotas de exigencia en cuanto a calidad, sostenibilidad y bienestar animal gracias al conocimiento extra que aportan las iniciativas de digitalización vinculadas a la acuicultura 4.0; al tiempo que se aumenta la producción y se cuida el bienestar de los trabajadores.

Para abordar este proceso de digitalización, Nueva Pescanova apostó por Microsoft. “No contábamos con datos históricos ni ninguna plataforma digital previa, por lo que tuvimos que ser disruptivos desde el primer día. Decidimos aplicar la predicción manual a la Inteligencia Artificial de Microsoft y tuvimos un éxito tremendo”, ha señalado Guillermo Renancio, director de Tecnología de Nueva Pescanova.

El proyecto se desarrolló inicialmente en Marfrisco, una de las granjas de cultivo sostenible de langostinos de Pescanova, ubicada en la costa de Ecuador, y que posteriormente se han desplegado en un total de 14 granjas. Esto supone la digitalización de más de 6.500 hectáreas de cultivo y de más de 150 empleados de Pescanova.

A través de la Inteligencia Artificial, Microsoft 365 y Azure, la nube de Microsoft, Nueva Pescanova pudo ampliar el conocimiento de la información extraída de los animales masticando captados bajo el agua. Este indica la presencia de crustáceos en cada uno de los sectores de los estanques y la frecuencia de masticación cuando se alimentan. De ese modo, es posible extrapolar la cantidad de alimento que demandan, cuándo se sacian o cuándo vuelven a tener hambre. Así, las estaciones de alimentación automáticas depositan en el agua la comida bajo demanda real, permitiendo aportar la ración idónea en cada momento para maximizar el bienestar de los langostinos y lograr la máxima productividad de la explotación sin desperdicio de alimento.

Como explica Omar Portugal, director de la granja de Marfrisco en Pescanova, “ha sido un proceso muy rápido. Hemos implementado todos los cambios en menos de un año y los indicadores de nuestra explotación han pasado de estar a la cola a situarse entre los primeros puestos. Además, el programa ha tenido un impacto muy positivo en la vida de nuestros trabajadores y sus familias, con una mejora de sus capacidades y proyección, así como un acercamiento al uso de la tecnología, también fuera de la granja".

Asimismo, gracias al aumento de la productividad, se ha ampliado la contratación de trabajadores del entorno local: “La transformación tecnológica y digital de los acuicultores es también una transformación humana. Estamos anticipando ya los resultados que proyectábamos para 2024. Eso normalmente no ocurre en las empresas. Más bien, lo contrario", ha apostillado Ignacio González, CEO de Nueva Pescanova.



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