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Modernizar las aplicaciones, clave en la digitalización empresarial

Moverlas, reestructurar el código, renovar la arquitectura o reemplazarlas son las principales opciones para lidiar con herramientas heredadas.

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El actual entorno digital está obligando a las empresas que las aplicaciones que un día manejaron en local se adapten a la tecnología en la nube, para que así la organización pueda aprovechar al máximo las nuevas capacidades tecnológicas. Para renovarlas y permitir que cumplan con estas nuevas expectativas, no es necesario empezar de cero, sino que se pueden adoptar enfoques distintos. 

Desde la compañía Capgemini profundizan en este tema. Para la firma de análisis, hay una primera acción que se puede tomar: el rehosting o movimiento de una aplicación del entorno local a la nube. Cuando la herramienta es satisfactoria o funcional, es una opción sencilla para alcanzar mejoras en el rendimiento y con la que se asegura la continuidad del negocio, en tanto se reducen costes y la huella del centro de datos. Además de esto, se proponen tres enfoques: refactorizar, renovar la arquitectura o reemplazar. 

En la refactorización se reestructura el código de la aplicación para mejorar el rendimiento sin cambiar su función prevista. Esta es la opción de organizaciones que estén básicamente satisfechas con la funcionalidad de las herramientas, pero en las que el código tenga que ejecutarse sobre una base más moderna, como un sistema operativo actual. Así se reduce la deuda, se mejora el rendimiento y la eficiencia y se contribuye al ahorro, blindándose además en seguridad

En la reestructuración se procede a renovar las arquitecturas de un solo nivel en sistemas de varios niveles, para aprovechar la implementación moderna en la nube para la división de funciones y procesos. Entre sus ventajas, que mejora la eficiencia ante las demandas actuales e incrementa la fiabilidad de forma significativa. Con este rediseño, "las aplicaciones se transforman de arquitecturas monolíticas a basadas en microservicios", dicen desde Capgemini.

El reemplazo contempla dos posibilidades frente a sistemas obsoletos: volver a desarrollarlos con un nuevo código, creado para las infraestructuras modernas de la nube con las herramientas de desarrollo actuales, o cambiar a SaaS. Esta es la opción que requiere más cambios y trabajo, y puede implicar cierto nivel de disrupción del negocio, pero es necesaria en casos de que se necesite una función específica y la aplicación anterior esté tan desactualizada que no compense moverla. 



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