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El cierre del 3G allana el camino al 5G, pero hay una trampa

Las operadoras están marcando el final de la que quizá sea la tecnología más utilizada de los últimos 20 años, lo que plantea algunos retos imprevistos para las empresas.

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A principios de cada año, los líderes de la industria tecnológica hacen pronósticos sobre las increíbles cosas que las tecnologías nuevas y emergentes están a punto de lograr. La razón de este optimismo prospectivo es sencilla: el ritmo acelerado de la innovación en los últimos 20 años nos ha proporcionado un flujo constante de tecnologías que cambian la vida y que son siempre mejores, más potentes y rápidas que la tecnología a la que sustituyen.

Sin embargo, en 2022, algunas de las transformaciones más notables impulsadas por la tecnología tendrán sus raíces en el pasado, más que en el futuro. El 22 de febrero, AT&T se convirtió en el primer operador importante que comenzó a eliminar su red 3G, lo que supuso el fin de la que quizá haya sido la tecnología más utilizada en los últimos 20 años, y también planteó algunos retos imprevistos tanto para las empresas como para los consumidores.

Esa bestia hambrienta llamada 5G es el catalizador de este cierre. Los recursos de red y el ancho de banda del espectro ocupado por la 3G serán necesarios para que las principales operadoras puedan dar pleno soporte a la red 5G.

Dado el bombo y platillo en torno al 5G y todas las posibilidades que traerá su adopción, es fácil olvidar lo transformador que fue el 3G cuando llegó a la escena en la primera década de este siglo. Subamos a nuestro DeLorean y volemos al pasado.

 

Un despliegue que cambió las reglas del juego

La adopción de la 3G constituyó la base sobre la que se asienta nuestro actual ecosistema tecnológico: permitió el uso de Internet móvil de "alta velocidad" y de aplicaciones inalámbricas, impulsando la revolución de los teléfonos inteligentes. La tecnología 3G, que antes era cosa de ciencia ficción, introdujo los juegos de alta definición y la transmisión de vídeo, e incluso la televisión en directo, en las aplicaciones móviles. Titanes de la tecnología como Apple, Facebook, Google, Uber, Netflix y Twitter deben muchos de sus éxitos de la última década a las capacidades que permitió la 3G.

Pero la carrera histórica de la 3G está llegando a su fin. Mientras AT&T pone fin a su red 3G a partir del 22 de febrero, el resto de las operadoras tiene previsto seguir su ejemplo este año, incluyendo a Sprint, que dejará de dar soporte el 31 de marzo, seguida de T-Mobile el 1 de julio y Verizon el 31 de diciembre.  El cierre de una tecnología tan omnipresente como la 3G no es tan sencillo como parece, aunque cualquiera que haya comprado un teléfono inteligente en los últimos años puede haber asumido que ya es cosa del pasado.

El cierre de las redes 3G no sólo afectará a los smartphones más antiguos. Las redes 3G siguen siendo la base de una tecnología esencial, que a veces salva vidas. Los sistemas GPS integrados en muchos coches, los servicios de llamadas de emergencia y muchos dispositivos más nuevos siguen dependiendo de la 3G para funcionar, y si el servicio 3G termina sin los parches y actualizaciones adecuados, esos dispositivos y tecnologías quedarán bloqueados de la red para todos los servicios.

Algunos sectores se apresuran a prepararse para el fin de las redes 3G. El sector de las alarmas, por ejemplo, sigue confiando en la 3G para transmitir las señales de más de 6 millones de sistemas de alarma en hogares y empresas. En los coches, no sólo los sistemas GPS pueden verse afectados: algunos vehículos fabricados en fecha tan reciente como 2021 siguen utilizando módems 3G que tendrán que ser actualizados. 

De hecho, a pesar de su inminente desaparición, el 3G sigue teniendo una enorme huella global. A mediados de 2019, había 80 millones de dispositivos 3G activos en uso en Norteamérica, la mayoría de los cuales son dispositivos IoT que operan en las redes de los operadores nacionales. Es imperativo que las empresas sean conscientes de cómo la desaparición de la tecnología 3G afectará a su inventario inalámbrico —y, por tanto, a sus negocios— para que puedan tomar las medidas adecuadas con sus proveedores para actualizar sus dispositivos y servicios inalámbricos. Prepararse para el fin de la tecnología 3G puede ser tan sencillo como actualizar los dispositivos o cambiar o actualizar los teléfonos, pero también puede implicar la aplicación de parches o la actualización de soluciones inalámbricas fijas de varios fabricantes antes de los plazos de la tecnología 3G. Es importante tener en cuenta que, aunque sus dispositivos no utilicen la tecnología 3G para la transmisión de contenidos, es posible que la utilicen para autenticarse con la red del operador o que simplemente tengan una radio que hable con la red 3G, lo que supone un posible mal resultado para sus dispositivos.

 

Eliminación progresiva del POTS

Aunque es más conocida, la 3G no es la única tecnología esencial y emblemática que los grandes operadores cerrarán este año. La FCC ha ordenado la eliminación progresiva de las antiguas líneas de cobre Plain Old Telephone Service o POTS antes del 2 de agosto de este año. El POTS es un sistema telefónico de transmisión de voz analógica que lleva décadas utilizándose en todo el mundo, tras evolucionar a partir del sistema POTS original, inventado en la década de 1880.

La eliminación de POTS significa que todas las empresas que aún no lo hayan hecho tendrán que pasar sus líneas telefónicas analógicas tradicionales a una plataforma digital. Aunque muchas empresas se actualizaron hace tiempo, las de sectores clave como la sanidad, el comercio minorista y la seguridad todavía tienen que dar el salto antes de la fecha límite del 2 de agosto. Las empresas que no se actualicen a tiempo pueden encontrarse en una difícil encrucijada, enfrentándose a un costoso proceso de desmontaje y sustitución para actualizar sus dispositivos e infraestructura o, alternativamente, a un gasto excesivo para cubrir las crecientes tarifas de mantenimiento de su actual infraestructura POTS.

En conjunto, el año 2022 verá el final de dos de las tecnologías que más han cambiado el mundo en la industria de las telecomunicaciones, ya que el POTS —el servicio original que sustenta nuestros sistemas de telecomunicaciones globales— y el 3G, la tecnología que dio lugar a la actual Era Digital, se eliminarán al mismo tiempo.

La transición de una tecnología tan esencial puede ser dura y complicada, con todo tipo de problemas imprevistos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas tecnologías desaparecen porque las sucesoras que han engendrado, incluidas las redes 4G, 5G, de fibra, celulares y VOIP, ofrecen unas capacidades tan increíbles que han transformado por completo la productividad y las capacidades clave de las empresas en prácticamente todos los sectores.



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