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España exhibe pedigrí en Europa capitaneando un atlas de imágenes del cáncer para acelerar la lucha contra la enfermedad

Bruselas ha impulsado un banco europeo de imágenes basado en la IA para mejorar el diagnóstico de la enfermedad. Desciframos las claves de la infraestructura que permitirá alcanzar los objetivos de la mano de Luis Martí-Bonmatí y Carlos Luis Parra-Calderón.

imágenes cáncer

La Organización Mundial de la Salud (OMS) acuña el cáncer como la principal causa de muerte a lo largo y ancho del globo. Un dato que evidencia la necesidad de invertir en ciencia e investigación como armas estratégicas para lograr el exterminio de la enfermedad. Precisamente respondiendo a este llamado de emergencia, la Comisión Europea ha dado luz verde a un nuevo proyecto que, enraizado en la inteligencia artificial (IA), aspira a mejorar el diagnóstico del cáncer y mejorar la personalización de la atención al paciente. Con este propósito en el horizonte ha impulsado la Iniciativa Europea de Imágenes Oncológicas, una de las líneas maestras más emblemáticas enmarcadas en el Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer (EBCP).

Así, con el fin de ahondar en los entresijos que envuelven la iniciativa, CIO España se entrevista con Luis Martí-Bonmatí, director de área clínica de Imagen Médica en el Hospital Universitario y Politécnico La Fe y miembro del grupo de Investigación Biomédica en Imagen, y con Carlos Luis Parra-Calderón, jefe de Investigación e Innovación en Informática de la Salud Computacional en el Instituto de Biomedicina de Sevilla dependiente del Hospital Universitario Virgen del Rocío.

 

Piedra angular

Los últimos pasos de Bruselas encuentran un punto de partida en el propósito de fomentar la innovación y el despliegue de tecnologías digitales en el tratamiento y la atención del cáncer, logrando así una toma de decisiones clínicas, diagnósticos, tratamientos y medicamentos predictivos más precisos y rápidos para los pacientes. En este sentido, la infraestructura que pretende modelar ahora la Eurocámara de imágenes del cáncer mediante el consorcio que capitanea Martí-Bonmatí aspira a “desbloquear el poder de las imágenes y la inteligencia artificial en beneficio de pacientes con cáncer, médicos e investigadores”. Así lo ha reconocido el responsable del Hospital Universitario y Politécnico La Fe.

Bajo la premisa de compartición de datos sanitarios, la infraestructura “acelerará la investigación, el desarrollo de la industria e impulsará la competitividad europea frente a China y Estados Unidos principalmente. El uso de los datos tratados con inteligencia artificial generará gran riqueza”, apunta su colega Parra-Calderón. La puesta en marcha de esta iniciativa, ha incidido, responde a un “esfuerzo por parte de la comunidad europea, ya que vamos muy lentos respecto al uso secundario de los datos sanitarios para la investigación”.

 

 

"Con esta infraestructura y gracias a este proyecto desbloquearemos el poder de las imágenes y la inteligencia artificial en beneficios de pacientes con cáncer, médicos e investigadores"

 

Luis Martí-Bonmatí, director de área clínica de Imagen Médica en el Hospital Universitario y Politécnico La Fe

 

La piedra angular de esta estrategia de lucha contra el cáncer radica en el consorcio EUCAIM, capitaneado por Martí-Bonmatí y encargado de desplegar la infraestructura para incluir en la plataforma más de 100.000 casos de cáncer para 2025 y al menos 60 millones de imágenes de los tumores. Se espera que la futura plataforma cuente con su primer prototipo a finales de 2024 con la previsión de disponer de la versión final un año después y que esté plenamente operativa en 2026. En este sentido cabe destacar que la iniciativa arranca con 21 centros clínicos de 12 países y aspira a contar con al menos 30 proveedores de datos distribuidos de 15 países.

 

Desafíos a encarar

A la hora de trasladar la iniciativa de la teoría a la práctica, “hemos encontrado diversas dificultades”, reconocen los entrevistados. “Los primeros desafíos tienen que ver con la creación de un consorcio que incluye casi 75 socios”, explica Marti-Bonmatí. “Alinear las expectativas de todos los socios para ensamblar los repositorios, los biobancos, las herramientas computaciones, los modelos existentes y los procesos ya desarrollados en esta infraestructura es un reto”. Por otro lado, coinciden otra vez ambos expertos, está la idiosincrasia del dato médico. Los datos hay que normalizarlos, hay que enriquecerlos para que cumplan con los principios FAIR, apuntalados sobre los preceptos de la ciencia abierta. Eso implica, retoma Parra-Calderón, “que las colecciones de datos, en este caso imágenes del cáncer, se enriquezcan con metadatos para hacerlas computacionalmente encontrables, accesibles, interoperables y reusables”. Y aunque esto es fácil decirlo, asegura riendo el responsable del Hospital Universitario Virgen del Rocío, “el esfuerzo que hay por detrás es titánico”. Sin embargo, cabe mencionar, los beneficios que aporta redundan, además, en la sostenibilidad de la propia infraestructura.

Las imágenes oncológicas también han traído consigo más de un quebradero de cabeza, ya que lo más importante es que sean “comparables”, es decir, que lo que se ha obtenido en Italia, Suecia o España sea similar. “Nos hemos dado cuenta que las diferencias entre equipos con protocolos de adquisición hace que el análisis sea distinto y poco reproducible”, comenta Martí-Bonmatí. Por ello han optado por desarrollar soluciones de “estandarización y armonización de la preparación de las imágenes”, así como de “optimización” de las mismas. En este sentido, concreta, “trabajaremos sobre datos e inteligencia artificial de imágenes integrando lo que está fragmentado por la investigación, además de los nuevos datos y el conocimiento que se genere en los hospitales mediante inteligencia artificial federada”.

La disyuntiva sobre la compartición de datos de terceros y la privacidad de los mismos queda desterrada del seno de la investigación dados los beneficios que ofrece. “Todos los socios que participamos en la generación de infraestructura compartimos el mismo motivo para estar dentro, evitar el esfuerzo de personas, tiempo y coste que representa investigar sobre datos del mundo real e imagen médica y las ventajas de la capacidad de transferir ese conocimiento a la práctica clínica de forma rápida”, explica Martí-Bonmatí. Siguiendo esta misma línea incide en que la tecnología permite explotar la información digital sin por ello renunciar a la privacidad: “Cada vez estamos desarrollando mejores herramientas computacionales que te permiten desplegar las soluciones de IA en los hospitales sin que salgan los datos gracias al aprendizaje federado”.

 

 

"Hace falta un esfuerzo específico en áreas como la sanidad y la salud. Hay que ser más específicos, más de nicho para ser competitivos”

 

Carlos Luis Parra-Calderón, jefe de Investigación e Innovación en Informática de la Salud Computacional en el Instituto de Biomedicina de Sevilla

 

Binomio catalizador

La ciencia y la tecnología se consagran como un tándem catalizador de la industria. “La ciencia genera tecnología”, infiere Parra-Calderón, y lo que la comunidad europea pretende con esta iniciativa es “desarrollar la industria a partir de estos dos elementos buscando la riqueza europea competitiva”. A día de hoy, reivindica, “la industria lo que necesita es un empujón de ciencia”. En el ámbito de la inteligencia artificial, prosigue, “hace falta un esfuerzo específico en áreas como la sanidad y la salud. Hay que ser más específicos, más de nicho para ser competitivos”. Un mantra que marca la deriva del proyecto en el que están inmersos. “Creemos que es realmente importante invertir y contar con la capacidad de acelerar el descubrimiento de cómo mejorar el diagnóstico del cáncer para acabar con él, con toda la complejidad que tiene la enfermedad”, concluyen.



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