Las grandes empresas se enfrentan a sobrecostes del 45% en sus proyectos de migración a ‘cloud’

Organizaciones con entornos tecnológicos complejos se enfrentan a sobrecostes en relación a costes ocultos de servicios cloud, como el procesamiento de picos de actividad o complejidad que exige profesionales especializados.

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Crédito de foto: Mathieu Stern (Unsplash)

La nube se presenta como la respuesta tecnológica a necesidades de eficiencia, agilidad, innovación y ahorro de costes para las compañías. Un informe elaborado por la compañía Orizon y que ha consultado a una veintena de grandes empresas de sectores de banca, seguros y utilities contradice esta visión al concluir que la nube se convierte, en muchas ocasiones, en un generador de costes e ineficiencias.

En concreto, las organizaciones consultadas aseguran haber asumido unos sobrecostes inesperados de en torno a un 45% en los presupuestos de TI destinados a la migración a la nube. La falta de políticas de gestión del rendimiento de las infraestructuras es la principal razón, aunque hay más.

Según el análisis, los costes ocultos de los servicios en la nube, como los relativos al procesamiento de picos imprevistos o la creciente complejidad de los entornos que obliga a contratar perfiles altamente cualificados, escasos y caros. Además, el 80% de los encuestados afirma no haber alcanzado los objetivos marcados inicialmente.

En relación a la complejidad que supone la gestión de un entorno tecnológico en cloud, el 70% de las empresas admite asumir únicamente una gestión reactiva efectiva cuando aparecen problemas relativos a la operativa. No ejecutan gestiones proactivas y constantes. Más de la mitad reconoce que el desarrollo de nuevas aplicaciones para negocio es más complejo en la nube.

El informe advierte de que una de las principales consecuencias de esta realidad es la desconexión entre el negocio y el departamento de tecnología. Para cinco entidades financieras españolas consultadas, la mitad de los proyectos acometidos no ha cumplido los objetivos relacionados con los tiempos ni con la creación de valor. TI vuelve a ser, desde este prisma, un generador de costes.

Para Ángel Pineda, CEO de Orizon, “las empresas no pueden tolerar experimentos y exigen que la tecnología y los proyectos tecnológicos demuestren su valor”. Para ello recomienda ir un paso más allá de las clásicas herramientas de monitorización y apostar por una plataforma que proporcione visibilidad unificada y detallada de la capa de infraestructura y aplicaciones, capaz de reconocer, correlacionar y resolver problemas de forma continuada y automatizada.



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