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Ocho formas de detectar (y rechazar) los malos consejos de consultoría informática

En TI abundan los consejos, y seguirlos a ciegas puede desembocar en una pérdida de tiempo, dinero y reputación. Aprenda a detectar las señales de alarma que indican una orientación engañosa.

No negativo mal

Bienvenido a la edad de oro de los expertos. Hoy en día, es difícil ir a cualquier parte en el ámbito de las TI, física o virtualmente, sin toparse con alguien que ofrezca consejos informáticos. El problema, por supuesto, es que muchos expertos -incluso los afiliados a grandes organizaciones- a veces se equivocan. O, lo que es más habitual, pueden tener razón en algunas cosas y estar equivocados en otras. A menudo hay demasiadas zonas grises en juego como para apostar por su empresa.

Aprender a evaluar el asesoramiento de los expertos es una habilidad que todo responsable de TI debe dominar. Tomar al pie de la letra los consejos de cualquier consultor es arriesgado y potencialmente perjudicial para la empresa y la carrera profesional. Antes de aceptar cualquier consejo externo sobre cualquier asunto de TI o de negocio, compruebe las siguientes ocho formas de determinar si un consultor está realmente bien encaminado.

 

Cuidado con los consejos enlatados

Los consejos que suenan como salidos de una cadena de montaje de asesoramiento para formar una pepita de información de talla única son una señal segura de que el asesor no está tratando realmente de entender sus retos y objetivos específicos. Para ser viable, la solución de un asesor debe abordar las necesidades únicas de cada cliente, dice Olexander Paladiy, director de Producto en el estudio de productos de software y consultoría Railsware. "Al igual que un traje hecho a medida, quieres una recomendación cosida para tus necesidades específicas".

Más allá de su pura inutilidad, los consejos repetitivos suelen carecer de los datos, la perspicacia y el enfoque necesarios para respaldar sus recomendaciones. "Un buen consultor siempre tendrá en cuenta las implicaciones a largo plazo", insiste Paladiy, que también insta a los líderes de TI a tener cuidado con los asesores que anteponen la persuasión a la lluvia de ideas colaborativa. "Quieres consejos de un equipo que pueda involucrarse lo suficiente como para desafiar tus ideas o sugerir caminos alternativos".

 

Esperar soluciones, no recomendaciones

Las recomendaciones están muy bien, pero no se convierten automáticamente en soluciones. "La mayor parte del diálogo del consultor debe consistir en repetirte el problema que están resolviendo", aconseja Bill Carslay, vicepresidente senior y director general de Servicios Profesionales de la firma de servicios de soporte de TI Rimini Street. "La solución resultante debe estar directamente relacionada con el problema tal y como se define en sus términos, y debe seguir los pasos y fases que su organización está dispuesta a dar".

Cuando un consultor se aferra a un reto informático común y describe rápidamente cómo lo resolverá, es probable que la solución no aborde por completo el problema tan específico al que puede enfrentarse una organización. "Tenga en cuenta que no hay una solución única para todos y busque recomendaciones que se ajusten o aumenten los parámetros que ha establecido", sugiere Carslay.

Recuerde también que las malas decisiones basadas en un mal asesoramiento conducirán inevitablemente a una pérdida de tiempo. El coste de no resolver el problema, así como la pérdida de energía y concentración, repercutirán directamente en los equipos implicados, advierte Carslay. "Necesitarán recuperarse y, al mismo tiempo, hay que ofrecer la solución adecuada".

 

El consejo simplemente no tiene sentido

Cuando un consejo carece de razonamiento lógico, contradice datos o no tiene en cuenta las consecuencias a largo plazo, es probable que sea terrible. "Una mente crítica y una evaluación rigurosa te ayudarán a distinguir lo bueno de lo malo", afirma Edward Kring, vicepresidente de ingeniería de la empresa de desarrollo de software Invozone.

Seguir un mal consejo puede tener consecuencias perjudiciales, como pérdida de tiempo, de recursos y de oportunidades. También puede provocar pérdidas económicas, daños a la reputación y obstaculizar el avance hacia los objetivos previstos. Mientras tanto, un mal asesoramiento puede afectar negativamente a la toma de decisiones, las relaciones empresariales y el éxito a largo plazo. Kring señala que es crucial actuar con cautela y discernimiento a la hora de considerar el asesoramiento para mitigar estas posibles consecuencias.

 

Amplíe su alcance e involucre a expertos internos

Dirija su mirada más allá de los consultores y acceda a los conocimientos del mundo real de los expertos en la materia, aconseja Dirk Mersch, director general de la oficina norteamericana de CamIn-Cambridge Innovation Consulting. Las pymes pueden aportar ideas y respuestas de forma más rápida y rentable que los generalistas, afirma.

Los jefes de departamento y otras pymes son excelentes cajas de resonancia, argumenta Ann Martin, directora de Operaciones de CreditDonkey, un sitio web de revisión y comparación de créditos. "Si no creen que el consejo de un consultor sea factible, práctico o útil, lo más probable es que tengan razón, sobre todo si esta respuesta te la dan varios departamentos". Recuerda, no obstante, que las pymes suelen tener sus propios objetivos, lo que a veces puede afectar a su objetividad. En general, lo mejor es buscar la opinión de varias pymes, dice Mersch.

 

Buscar la objetividad

Los responsables de TI deben esperar que su consultor sea objetivo al 100%. Para asegurarse de que un asesor proporciona un asesoramiento imparcial, Mersch sugiere crear un proceso interno de revisión por pares. "La revisión por pares está muy desarrollada en el mundo académico, donde la objetividad es especialmente importante", observa. "Para facilitar la revisión por pares, asegúrese de contar con un equipo interno que se informe sobre la tecnología que está examinando". Mersch también subraya la importancia de ser franco con los proveedores de consultoría. "Hágales preguntas directas y asegúrese de que entienden los matices de su organización", apunta.

 

Solicite asesoramiento específico

Hay una clara distinción entre los informes diseñados para generar interés en un área tecnológica y los destinados a profundizar en su comprensión.

Mersch ofrece una analogía. "Imagine que un coche es una nueva tecnología", dice. "Puede que tengas la confianza suficiente para subirte al coche y conducirlo después de recibir consejos rudimentarios sobre el arranque y el uso de los pedales". Sin embargo, seguirías sin saber nada de las funciones mecánicas del vehículo ni cómo conducirlo con seguridad. "Cuando se hacen inversiones importantes en una nueva tecnología, hay que entender cómo funciona y cómo conducirla bien", incide Mersch.

Los responsables de TI también deben buscar recomendaciones de consultores que aporten pruebas creíbles de que la tecnología o metodología que se está considerando está suficientemente madura para satisfacer las necesidades del caso de uso previsto. Mersch añade que una tecnología o un proceso propuesto deben presentar siempre un claro beneficio económico. Es fundamental asegurarse de que el asesoramiento ofrecido se adapte a las necesidades específicas de la organización. "Un enfoque de copiar y pegar, de talla única, rara vez da como resultado un alto rendimiento de la inversión", afirma Mersch.

 

Buscar varias fuentes

Encontrar una fuente fiable de asesoramiento de calidad requiere un enfoque polifacético, dice Stephen Robinson, fundador de la agencia creativa Outrank. Sugiere buscar posibles asesores en conferencias, seminarios web y publicaciones del sector. Robinson también recomienda participar en redes profesionales, como LinkedIn. "Estas vías ofrecen la oportunidad de ampliar tus conocimientos, obtener información y conectar con compañeros de ideas afines que pueden resultar ser valiosas fuentes de asesoramiento más adelante". Añade que "es bueno poner el pie en la puerta y construir una relación temprana para cuando puedas necesitarlos".

 

Rechazar amablemente los malos consejos

Es importante recordar que los consultores y asesores son humanos, capaces de cometer errores o de dejarse engañar por información errónea del vendedor. No tenga miedo de rechazar consejos de consultoría terribles, dice Robinson. Sin embargo, rechazar un consejo equivocado requiere cierto grado de delicadeza y profesionalidad. Robinson recomienda expresar gratitud por la aportación, pero expresando claramente las reservas y compartiendo las preocupaciones sobre cómo se alinea el consejo con la estrategia actual y los objetivos futuros de la organización.

Mantener una comunicación abierta y honesta es crucial, insiste Robinson. "Si procede, ofrezca sugerencias alternativas para que puedan trabajar juntos y encontrar una solución conjunta, o busque una segunda opinión para garantizar un intercambio constructivo de ideas".



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