Las características del CIO del futuro

La transformación digital está impactando en todos los niveles de la organización empresarial, aunque con distinto grado según el equipo. La parte de sistemas es, sin lugar a dudas, una de las que más han visto evolucionar su trabajo en el paso al modelo de negocio digital. El líder de esta división está cambiando a su vez sus responsabilidades y sus relaciones en el trabajo, ampliando su área de acción a medida que la dependencia de los equipos informáticos y tecnológicos en el día a día de la empresa crece. 

La transformación del rol puede pillar a algunos dirigentes con el paso cambiado. Para actualizarse y comprometerse con el negocio digital del futuro, la firma de investigación y análisis Futurum plantea cinco aspectos que deben cuidar los CIO. 

Debe conocer todo el ecosistema de nuevas tecnologías, no limitarse a dominar una única herramienta o disciplina. Inteligencia artificial, realidad virtual y aumentada, hiperconvergencia, SDDC, computación cuántica... Conceptos muy dispares, pese a pertenecer todos al campo tecnológico, pero que deben ser algo más que parte del vocabulario del CIO. No llega con saber de una única cosa y estar familiarizado con el resto: hay que mantenerse plenamente actualizado, dado que se está viviendo un momento de plena integración de nuevas tecnologías en el negocio, y es obligación del CIO saber sacarle partido. 

Debe ser capaz a la vez de descubrir cómo emplear la tecnología en beneficio del negocio y de transmitir este conocimiento al resto de la empresa. Las nuevas herramientas digitales son un gran vehículo para llegar al cliente, mejorar la relación y, en definitiva, incrementar tanto reputación como ingresos. El CIO debe liderar este proceso, pero tan importante es que sepa qué decisiones tomar como el hacer al resto de la organización partícipe de su importancia, ya que con la transformación digital, la tecnología traspasa departamentos. Para exprimir su potencial, debe ser un trabajo colaborativo. 

En relación al anterior, debe ser una persona con capacidad para generar relaciones con otros actores, hábil en el networking. Así es como se generan sinergias interesantes con especialistas del sector y otros actores y se llega a conocer el potencial de las tendencias del futuro. 

El rol del CIO está claramente unido al del crecimiento del negocio, por lo tanto este debe ser bueno con los números. La tecnología está dejando de ser vista como un gasto, sin más, para ganar consideración como activo, y esto hace que la persona responsable de su gestión no se limite a los trabajos de operaciones, sino que tenga que dominar un lenguaje de inversiones y de puesta en valor para reclamar su importancia como recurso a largo plazo y defenderla a la hora de planificar los presupuestos. 

El CIO del futuro debe ser un profesional flexible, innovador y curioso, que sepa adaptarse a las nuevas propuestas y sacarles el mejor partido para su negocio. Un cambio que debe plantearse tanto por parte de los propios dirigentes como desde otras áreas, y que se encamina a la mayor presencia del CIO en la toma de decisiones para alinear los intereses corporativos con la estrategia digital.