La infraestructura de las empresas evolucionará hacia un modelo siempre accesible y ágil

Los cambios que provoca la transformación digital está definiendo un nuevo paradigma de infraestructura y sistemas, que deben ser especialmente ágiles y estar accesibles en cualquier momento y lugar. Así lo han expuesto desde la consultora Gartner en la conferencia sobre temas de TI, operaciones y cloud que se ha desarrollado estos días en Las Vegas. 

En el encuentro, los analistas de la compañía han repasado la evolución del departamento de TI, que ya no se limita a temas puramente de infraestructura sino que funciona como proveedor de servicios, tanto para la organización como a nivel externo. El papel que las personas responsables de estas áreas deben asumir ha evolucionado en consecuencia, pero la realidad todavía no casa con este cambio: tres de cada cuatro no cuentan con las habilidades, comportamientos o presencia cultural necesarios durante los próximos dos o tres años. Por eso es preciso que desarrollen estas capacidades y trabajen en la estrategia de negocio, conociendo e integrando innovaciones tecnológicas como la IA, el 'edge computing' o actualizándose en temas de cloud. Este tipo de características serán las que les ayuden a resolver cualquier incidente y a garantizar la flexibilidad para operar de forma global mediante una infraestructura ágil, disponible en cualquier lugar y en cualquier momento.

En este contexto, hay varios factores básicos que deben contemplarse. El primero es que se trata de un entorno altamente ágil y cambiante, lejos de la rigidez y control asociadas al modelo tradicional. El vicepresidente de Gartner, Bob Gill, lo explica diciendo que los días en que TI controlaba todo han terminado. Hay más opciones de herramientas y socios y, por tanto, se pierde cierto control y visibilidad sobre los procesos. De ahí la necesidad de una infraestructura ágil, que irá aumentando en los próximos años, ante la que los CIO y COO deberán plantearse dos tareas clave: administrar la expansión de las distintas opciones en el corto plazo y volverse el gestor de facto de los productos y servicios a largo plazo. 

Los responsables deben considerar que, en el contexto actual, la infraestructura puede ahorrar dinero y habilitar aplicaciones, pero por sí sola no genera valor empresarial directo: son las aplicaciones las que lo hacen. De ahí un compromiso necesario entre el departamento de TI y la parte de desarrollo de software y los consumidores, en el que se integren equipos y procesos y se ofrezcan servicios y productos para apoyar una infraestructura sólida, base de las aplicaciones.

Este nuevo entorno de negocio se define también por una difusión de los límites entre lo físico y lo digital. Para 2022, más de la mitad de los datos generados por las empresas se crearán y procesarán fuera de los centros de datos y fuera de la nube. La tendencia será a llevar el procesamiento al borde de la red, en un entorno en el que la multiplicación de dispositivos conectados necesitará de trabajo cerca de la fuente o el receptor. Se verán cambios importantes en el centro de datos, y la infraestructura se expandirá al límite, movida por la necesidad de baja latencia, el coste, regulaciones y privacidad. 

En todo este entorno eminentemente tecnológico, las personas no perderán su protagonismo, sino que deben mantenerse como punto central de la transformación. Esto lleva tanto a cambios desde el propio trabajador, que debe adquirir nuevas competencias, como por parte de las empresas, que están favoreciendo la creación de plantillas formadas por profesionales dinámicos. El cambio cultural se mantiene como el elemento de fondo clave para unificar todo el proceso de evolución digital y salir con éxito al nuevo escenario.