Caso de éxito

Next Fertility pone la IA al servicio de la reproducción asistida

La introducción de los sistemas de inteligencia artificial en el laboratorio ayuda a predecir la calidad de los embriones y su probabilidad de dar lugar a una gestación.

Next Fertility
Emilio Gómez, director de Laboratorio en Next Fertility Murcia

La tecnología está transformando el sector de la salud. En la última década, la aplicación de tecnologías disruptivas como el big data, machine learnig o la inteligencia atificial están revolucionando no sólo la asistencia al paciente sino la investigación para un mejor diagnóstico de la gran mayoría de enfermedades.

Este es el caso de Next Fertility, un grupo internacional de clínicas de reproducción asistida que trabaja día a día para hacer realidad el sueño de muchas familias: convertirse en padres. Para ello, el grupo lleva años en un proceso de transformación digital con el fin de mejorar de forma constante sus servicios, y eso implica “introducir nuevas tecnologías en nuestros centros que nos ayuden, tanto a mejorar nuestros resultados clínicos como a optimizar, o incluso visibilizar más de cara al cliente, nuestra actividad”, explica Emilio Gómez, director de Laboratorio en Next Fertility Murcia.

Uno de los problemas más importantes en este viaje de transformación digital es, según Gómez, elegir, es decir, “saber qué tecnología está lo suficientemente madura como para poder introducirla de forma segura en nuestra actividad, y saber qué partner elegir para ello”. Hay muchas novedades en el mercado y no todas están lo suficientemente desarrolladas para poder aplicarse en la clínica ya. Por ello, la integración y validación de estos nuevos sistemas está siendo gradual, “y no está suponiendo un gran problema para el personal de Next Fertility, que ve reducida la curva de aprendizaje también gracias a la asistencia y programas de formación de los partners que nos proporcionan la tecnología”.

 

IA aplicada a la reproducción asistida

En la actualidad, Next Fertility dispone de un sistema de inteligencia artificial (CHLOE), integrado en el laboratorio de reproducción asistida, así como uno de “testigo automatizado” (RI Witness), que permite la trazabilidad y el control de todo el material biológico de cada paciente, con el fin de garantizar la seguridad en el uso de sus muestras.

La IA en las clínicas se utiliza de varias maneras. Por un lado, “está permitiendo automatizar labores que consumen mucho tiempo al personal de laboratorio, como por ejemplo el paso de datos de las divisiones embrionarias a las historias clínicas de los pacientes”, explica el director de laboratorio. Por otro lado, “homogeniza, de forma importante, la evaluación de gametos y embriones, ya que se basa en parámetros objetivos, lo que siempre supone un valor añadido en un centro o grupo de clínicas, permitiendo que todo el mundo trabaje con los mismos parámetros”.

 

Next Fertility tiene un sistema de IA integrado en el laboratorio de reproducción asistida

 

Esto significa que los sistemas de IA en el laboratorio evalúan de forma objetiva los diferentes procesos de la división embrionaria durante el tiempo que los embriones se mantienen en cultivo y, luego, relacionan los datos obtenidos con los de embriones que han dado lugar a embarazo e, incluso, a nacimiento. Después, le da una puntuación a cada uno de ellos, siendo el que tenga la puntuación más alta el que, objetivamente, tendría la mayor posibilidad de dar lugar a una gestación. De esta forma, la IA puede predecir la calidad de los embriones y su probabilidad de dar lugar a una gestación, por lo que ayudaría a los embriólogos a tomar decisiones sobre qué embrión transferir.

CHLOE, además, facilita a los pacientes un enlace al viewer del programa, de manera que puedan seguir el desarrollo de sus embriones en cada momento, dando a los pacientes la mayor transparencia. La aplicación de toda esta tecnología “supone un punto de inflexión en este campo, ya que permite automatizar procesos repetitivos y objetivar decisiones”, explica Gómez, pero, sin dejar de lado el factor humano, ya que son embriólogos los que tienen que estar al frente de estos equipos y validar todas sus decisiones. “No podemos olvidar que estas tecnologías deben estar supervisadas por los que realmente conocen los procesos y todo lo que hay detrás de ellos, los embriólogos”.

En todo el proceso de introducción de la IA en el laboratorio, la clínica ha contado con la colaboración de la empresa israelita Fairtility. “Ha sido su sistema CHLOE, que ayudamos a desarrollar, el que hemos instalado en nuestras instalaciones. En nuestro sector existen diversas empresas que tratan de desarrollar, continuamente, nuevas herramientas. Normalmente es esta industria la que propicia los cambios y los desarrollos”.

 

Qué nos depara el futuro

La revolución tecnológica en el mundo de la reproducción asistida no ha hecho más que empezar. De acuerdo con Gómez, los próximos años vendrán acompañados de nuevos avances que habrá que incorporar a los centros de reproducción asistida, desde el punto de vista del diagnóstico y del tratamiento. “La genética es un campo que avanza muy rápidamente y que facilitará el desarrollo de tratamientos a la medida de cada paciente; la IA seguirá su progreso permitiendo que las estimulaciones foliculares y las transferencias embrionarias sean más precisas y personalizadas, y es posible que se desarrollen equipos que automaticen, o faciliten muchas labores de laboratorio, como la microinyección o la vitrificación”.

Es evidente que la tecnología está transformando la sanidad de manera integral. Diagnósticos, resultados clínicos, eficiencia y sostenibilidad… cualquier aspecto del sistema sanitario está viviendo una revolución tecnológica, por lo que, para Gómez, “profesionales y pacientes van a ver como la oferta de recursos innovadores crece exponencialmente en los próximos años”. Así, el uso de herramientas como el big data y la accesibilidad al perfil genético de cada individuo permitirá el procesamiento y análisis de enormes cantidades de información generada por los pacientes, lo que transformará “la forma de dar un diagnóstico, personalizando mucho los tratamientos, identificando más fácilmente los posibles riesgos en los tratamientos y fármacos, sus efectos secundarios, y mejorando la productividad del sector y, por supuesto, los resultados”.

Sin embargo, es importante ser cauteloso a la hora de integrar tecnologías como la IA en la práctica diaria ya que estas aplicaciones están en las primeras fases de desarrollo. “La IA necesita de muchos datos para entrenarse y estos deben ser muy heterogéneos, ya que el uso de datos viciados puede dar lugar a informaciones erróneas o inexactas con apariencia de ser correctas”. Por otro lado, la IA se puede utilizar para generar informaciones falsas muy convincentes y utilizarse para desinformar a la población en temas de salud, con las consecuencias que esto podría acarrear.



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