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Aplicaciones modernas y fluidas, la clave de la economía digital

Algunas aplicaciones deben atrapar a los usuarios y no soltarlos nunca, pero otras deben hacer que estos puedan entrar y salir lo más rápido posible. Sigue estos consejos para que estas últimas aplicaciones sean más fluidas.

Rendimiento de aplicaciones

Los consumidores están cambiando. ¿Cuándo fue la última vez que fuiste a un banco? ¿O haces la mayor parte de sus operaciones bancarias a través de una aplicación o un sitio web?

¿Y las compras? ¿Sigues yendo al centro comercial para encontrar ese regalo de Navidad perfecto, o es más probable que compres en Internet? ¿Cuántas cajas vacías de paquetes entregados tienes ahora mismo en tu garaje?

¿Y para cenar? ¿Con qué frecuencia vas a un restaurante en lugar de pedir a través de una aplicación y recoger la comida, o pedir que te la entreguen? Incluso si comes en un restaurante, ¿interactúas con un menú en tu teléfono? ¿Pagas la cuenta desde su teléfono?

Los consumidores interactúan cada vez menos con su tienda física. En su lugar, interactúan con su presencia virtual: su sitio web y sus aplicaciones online.

A tu cliente le importa el aspecto de tu aplicación y su funcionamiento. Al ser la primera visión que tiene el cliente moderno de tu empresa, tu sitio web o aplicación es tan importante como los escaparates y la experiencia de la puerta principal en una tienda física. ¿Puede tu cliente realizar fácilmente las tareas que necesita?

 

Aplicaciones de consumo frente a aplicaciones transaccionales

Cuando se piensa en mejorar la interfaz del cliente en la aplicación, es fácil caer en la trampa de intentar averiguar cómo conseguir que los usuarios permanezcan en la aplicación el mayor tiempo posible. Pues bien, resulta que la permanencia es exactamente lo contrario de lo que se desea para muchas aplicaciones (pero no todas).

Hay, en general, dos tipos diferentes de aplicaciones: aplicaciones de consumo y aplicaciones transaccionales. En las aplicaciones de consumo, el objetivo es mantener a los clientes en la aplicación el mayor tiempo posible. Pero en las aplicaciones transaccionales, su objetivo es que entren y salgan de su aplicación lo más rápidamente posible.

Profundicemos en esto.

Una aplicación de consumo es una aplicación en la que sus clientes realmente consumen su producto mientras están utilizando su aplicación. Estar en la aplicación es lo que atrae a los clientes a sus productos.

Las aplicaciones de streaming de vídeo son ejemplos clásicos de aplicaciones de consumo. Las aplicaciones de juegos son otro buen ejemplo. Las aplicaciones de redes sociales, las aplicaciones de productividad, las aplicaciones de noticias... todas ellas son aplicaciones de consumo. Tu cliente utiliza su producto mientras está dentro de su aplicación.

Ciertamente, en este tipo de aplicaciones, su objetivo es crear la interfaz de usuario más atractiva posible, y el contenido más convincente dentro de la interfaz, para mantener a tus clientes comprometidos con tu producto durante el mayor tiempo posible. Ya sea que tus ingresos provengan de la publicidad en el producto, del alquiler del derecho a usar su contenido o de las compras dentro de la aplicación, un tópico general es que cuanto más tiempo pase el cliente en tu aplicación, más dinero ganarás.

Si tu negocio se basa en una aplicación de consumo, el compromiso directo del cliente es el alma de tu empresa.

Una aplicación transaccional, por otro lado, es una aplicación que sus clientes utilizan para realizar algún tipo de tarea discreta. Puede tratarse de la compra de un producto que se les enviará posteriormente. Puede ser para pedir una cena para recoger o entregar. Puede ser para pedir un taxi, o para reservar un vuelo o una habitación de hotel.

Las aplicaciones transaccionales son lo contrario de las aplicaciones de consumo. En una aplicación transaccional, su objetivo es que el cliente entre y salga de su aplicación lo más rápidamente posible. Quieres que entren, realicen fácilmente su tarea y salgan. Si el cliente tarda demasiado en realizar su tarea, es menos probable que vuelva.

Si has pedido un producto en Amazon y quieres saber cuándo se lo van a entregar, esperas abrir la aplicación de Amazon y encontrar el estado del pedido de forma rápida y sencilla. No quieres ver contenido no relacionado, y no quieres tener que pulsar 25 botones para llegar a la pantalla de entrega del producto. Quieres tener acceso inmediato al único dato que es importante para ti, y luego salir de la aplicación.

Entrar, terminar y salir. Ese es el objetivo de una aplicación transaccional.

Que entren, que salgan

Para mejorar una aplicación transaccional, las mejoras que realices deben ser específicas para el objetivo de "conseguir que el cliente haga y salga". En concreto, debes centrarte en:

  • Tareas y flujos. Comprende cómo se mueve tu cliente por su aplicación y qué tareas es más probable que quiera realizar.
  • Simplificar las tareas. Las tareas importantes y las actividades comunes deben requerir el menor número de pasos posible para su realización.
  • Marca claramente los caminos. Los clientes deben ser capaces de averiguar fácil y rápidamente dónde tienen que ir para realizar las tareas más comunes de forma clara e inequívoca.
  • Optimización del historial del usuario. Los caminos y las rutas deben optimizarse automáticamente en función de las tareas que el usuario haya realizado en el pasado.
  • Optimización analítica. Los datos de uso deben ser analizados para crear caminos y rutas más óptimos a través de tu aplicación.
  • Acortar y simplificar. Un menor número de opciones y alternativas hace que los caminos sean más fáciles y rápidos de seguir. Limita las opciones a sólo las más esenciales que son críticas para lo que el usuario quiere lograr.

Comprender las necesidades del cliente

La experiencia del cliente para una aplicación transaccional es muy diferente de la experiencia del cliente para una aplicación de consumo. Pero una cosa es la misma: si no optimizas la experiencia para que coincida con el objetivo del cliente, lo perderás. Entender por qué tus clientes utilizan tus aplicaciones, junto con lo que quieren lograr, te ayudará a entender los cambios que necesitas hacer para mantener a tu cliente comprometido con tu negocio, ya sea en tu aplicación o fuera de ella.

La modernización de las aplicaciones es esencial para mantener una ventaja competitiva en un mercado que cambia rápidamente. Ahora más que nunca, la primera —y a veces única— visión de tu empresa por parte de tus clientes es a través de las aplicaciones y sitios web que les presentas. Presentar una interfaz de usuario o una experiencia de usuario obsoleta, que no se ajuste a las expectativas y deseos de tu cliente, le indica que no estás interesado en establecer una relación de calidad.

La modernización de las aplicaciones no es un detalle. Es absolutamente crítica para casi todas las empresas en nuestra moderna economía digital.



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