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La tecnología inmersiva devuelve a los mayores sus recuerdos del pasado

Sanitas Mayores acerca a los residentes al mundo exterior para vivir nuevas experiencias o revivir situaciones del pasado gracias a una sala inmersiva con beneficios como la motivación o la socialización.

SPC hombre mayor

Está demostrado que las terapias no farmacológicas, aquellas que, a través de agentes primarios no químicos, mejoran la calidad de vida de las personas, tienen múltiples beneficios asociados. La terapia con música, la terapia asistida con animales, las salas de estimulación multisensorial, el acompañamiento terapéutico, los talleres de fotografía o la horticultura, entre otras acciones, mejoran las capacidades cognitivas, aumentan el bienestar emocional de las personas mayores y contribuyen a mantener una vida más activa y enriquecedora. En este contexto, especialmente en los últimos años, las herramientas digitales se han convertido en un aliado importante ampliando la cartera de opciones disponibles.

Ejemplo de ello es la sala inmersiva puesta en marcha en Sanitas Mayores. Las sesiones inmersivas permiten llevar a cabo nuevas actividades para los residentes al acercar el mundo exterior al interior de la residencia, lo que permite vivir nuevas experiencias o revivir situaciones del pasado. David Curto, director Médico, Calidad e Innovación de Sanitas Mayores explica que este espacio tiene “múltiples beneficios” como el “aumento de la motivación, la adhesión a tratamientos y actividades terapéuticas”; además, “mejora las capacidades cognitivas en personas con deterioro y ayuda a gestionar cambios asociados al envejecimiento”. Por otro lado, permite mejorar las relaciones sociales, “lo que influye directamente en el bienestar emocional de los residentes”.

 

Digitalización en clave social

La sala inmersiva permite integrar al residente en la actividad, hacerle protagonista directo, además de generar reminiscencias. Los residentes pueden, por ejemplo, trasladarse a la calle donde vivieron durante su infancia, o al lugar donde pasaban sus vacaciones gracias a la combinación de herramientas con street view. Además de poder simular el traslado a sus ciudades de origen o recuerdos de la infancia, también pueden simular un paseo por ciudades de todo el mundo, adentrarse en el fondo del mar, o incluso entrar en el cuadro de algún famoso pintor, como, por ejemplo, Las Meninas de Velázquez.

Entre las terapias no farmacológicas, disponen de todas aquellas que se valen de la digitalización y que pueden contribuir positivamente a ralentizar patologías que afectan a nivel cognitivo. Realizar tareas sencillas en un ordenador, un smartphone o incluso una tablet, por ejemplo, permite trabajar procesos cognitivos variados como la velocidad de reacción, la inhibición de respuestas o la evitación de distracciones además de aumentar su autoestima. Existen asimismo múltiples aplicaciones creadas específicamente para estimular el cerebro de las personas con juegos mentales de lógica, memoria, inteligencia, lingüística o incluso cultura general. De esta manera permiten trabajar habilidades como la decisión, la concentración o la capacidad de hacer varias cosas a la vez.

La digitalización se pone al servicio de los cuidados para favorecer el cuidado de los residentes y mejorar la calidad de vida de los mismos. “La sala inmersiva es un ejemplo más de como las herramientas digitales nos permiten avanzar en los cuidados a la vez que los residentes se comprometen más con su salud de una forma lúdica y diferente”, concluye Curto.



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