Tecnología

La hazaña tecnológica de 'Barcelona 92', los últimos Juegos Olímpicos sin internet

De runners que repartían los resultados en papel a sistemas audiovisuales 360º y en 8K. La tecnología ha avanzado a un ritmo sin precedentes desde principios de los 90, cambiando por completo la cara del evento deportivo desde que se realizó en España hace 30 años.

juegos olimpicos barcelona 92

En 1992, la información se guardaba en disquetes en los que no cabía una sola canción, la primera página web celebraba un año desde su creación y un programador de software del Reino Unido deseaba una “Feliz Navidad” en el primer SMS de la historia. Ese mismo año, cuando la palabra 'internet' era sinónimo de futuro, Barcelona se preparaba para recibir unos Juegos Olímpicos que significarían un antes y un después en el desarrollo tecnológico de España y del evento deportivo. Sin Whatsapp, sin smartphones, ni siquiera Google. 

Fueron 16 días, desde el 25 de julio al 9 de agosto, para los que la ciudad se preparó durante cuatro años. En marzo de 1987 se constituyó el Comité Olímpico Organizador de 'Barcelona 92' (COOB’92) e inmediatamente se pusieron manos a la obra. El resto es historia. Con un total de 22 medallas, 13 de ellas de oro, la edición celebrada hace exactamente 30 años se transformó en la más prolífica en la historia de España. 

Sin embargo, a la sombra del deslumbrante brillo del éxito deportivo y del impacto generado por un evento de tal magnitud en la ciudad y el país, hay otros hitos que han sido olvidados con el paso del tiempo, pero que en 1992 no pasaron desapercibidos. Se trata del enorme despliegue tecnológico que supuso la organización de unos Juegos que estaban ad portas de la era del internet. 

 

Simular internet, sin internet

Rafael Macau es un informático jubilado con una larga trayectoria en el sector TI: ha sido director de Cataluña, Aragón y Baleares de Indra, director general del Centro Informático de la Generalitat de Cataluña y decano del área de Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), además de director de Operaciones en el mismo establecimiento educativo. Sin embargo, en conversación con ComputerWorld, rememora el año 1992, período en que fue el responsable de Sistemas Informáticos de COOB’92, y los desafíos que presentó la organización de los Juegos con la tecnología que se tenía en el momento.

 

"No existía una internet operativa completamente fácil y sencilla, por tanto tuvimos que desarrollar todo un sistema de información a los periodistas y a la familia olímpica sin usar internet"

 

Rafael Macau, responsable de TI en COOB'92

 

“Nos atrevimos a lo que se puede llamar vanguardia comercial. Nos atrevimos a usar una base de datos relacional en producción. Nos atrevimos a hacer una enorme LAN que cubría todos los recintos de la Montaña de Montjuic. Nos atrevimos a utilizar OS/2 en sus primeras versiones, pero no hicimos experimentos vanguardistas porque te la juegas demasiado”, cuenta Macau. 

La infraestructura del sistema de información consistía en dos mainframes de 140 GB de memoria en total, conectados a casi 5.000 ordenadores que se desplegaron en las distintas salas para el uso de los medios de comunicación y el personal olímpico. “No existía una internet operativa completamente fácil y sencilla, por tanto tuvimos que desarrollar todo un sistema de información a los periodistas y a la familia olímpica sin usar internet. Simulamos lo que hoy sería internet”, narra.

Macau asegura que en Barcelona 92 era la segunda o tercera vez que se utilizaba una base de datos relacional en España. “Era mucho más sencillo todo el desarrollo, todos los cambios que se debieron hacer, que hubo alguno divertido/trágico”, comenta. El contexto internacional siempre es un gran influyente dentro de la narración de los Juegos Olímpicos y 1992 no fue la excepción: “Rusia fue cambiando de fórmula de participación porque estaba en plena crisis política, acabó siendo la Federación Independiente Rusa, un nombre extrañísimo que sólo se utilizó durante un par de meses. Yugoslavia estaba en plena guerra civil, cambiaban de un día para otro los nombres de los respectivos trocitos”, señala.

El uso de una base de datos relacional era algo que nunca se había visto para el volumen de información que requerían los Juegos. El informático recuerda un episodio en el que acudieron a una convención de IBM -sponsor de los Juegos- en Londres. “Dijimos que la estábamos utilizando en una red de casi 5.000 terminales que estaba basada en anillos LAN que se iban jerarquizando para acceder a la base de datos, y hubo un británico que dijo que no se lo creía, que estábamos mintiendo. ¡Era absurdo! El hombre era de IBM y no se lo acababa de creer, no lo había visto nunca”.

 

Montañas de obstáculos

En esa época, el ordenador no era parte de la vida de las personas como lo es ahora, por lo que instalar miles de terminales con los cuales informar a los medios y a las delegaciones presentaba un nuevo desafío: enseñarles a usarlos. Macau cuenta que una de las lecciones aprendidas de los Juegos de Invierno de Pekín 90 es que las personas no son disciplinadas a la hora de hacer formaciones, por lo que decidieron crear una aplicación que se entendiera por sí sola. Para eso necesitaban de dos cosas: el OS/2, el último sistema operativo para ordenadores lanzado por IBM en ese tiempo, y unas comunicaciones rápidas y fiables, sobre todo en el núcleo donde más tráfico se generaba, que era la Montaña de Montjuic, donde se celebraban las competiciones de 7 u 8 deportes. 

“Había un problema legal, que era que no se podían poner repetidores NSP porque no era un recinto cerrado. Entonces decidimos vallar toda la montaña y transformarla en un recinto cerrado legalmente. Y a partir de ese momento ya se podía instalar una red local. Toda la Montaña de Montjuic era una inmensa red local, con las facilidades y la rapidez que tiene frente a las comunicaciones de la época”, detalla Macau.

 

"Toda la Montaña de Montjuic era una inmensa red local, con las facilidades y la rapidez que tiene frente a las comunicaciones de la época"

 

Rafael Macau

 

Otro reto fue que no había experiencia previa, ya que se trataba de tecnologías que no existían en años anteriores o que no se habían utilizado. No obstante, el entonces encargado de TI de COOB’92 vio esto como una ventaja. “Partimos de cero, no había legacy que transformar”, dice.

 

El ‘tiempo cero’ y el legado de los Juegos

Manuel Pastrana, actual director de TI del Comité Olímpico Español (COE), contaba con unos 28 años y era entrenador de un club de piragüismo en la región de Murcia. Para ese entonces, se encontraba de lleno trabajando en una aplicación informática para gestionar los entrenamientos del club. Por esta razón, cuando se conforma el comité organizador de Barcelona 92, se integra al equipo de gestión tecnológica de la Federación Española de Piragüismo. 

Pastrana cuenta a ComputerWorld que uno de los desafíos en su disciplina, así como en muchas otras, era la exactitud del sistema de cronometraje. En Barcelona 92 se comienza a utilizar el video finish, unas cámaras que se instalan en la meta y que toman miles de fotogramas por segundo para registrar con precisión la llegada de los deportistas. 

“El reto al que nos enfrentábamos era lo que denominábamos el 'tiempo cero', que cuando el último deportista entraba en la línea de meta, en el momento cero, ya se estuvieran imprimiendo los resultados de esa prueba y repartiéndolos por las salas VIP, las gradas, los marcadores, por todos los sitios. Casi en tiempo real”, cuenta. Para ello, había una red de runners voluntarios que estaban preparados cerca de las fotocopiadoras que, apenas se imprimía un papel, corrían a repartirlos al ordenador central y por diferentes puntos.

 

“El reto al que nos enfrentábamos era lo que denominábamos el 'tiempo cero', que cuando el último deportista entraba en la línea de meta ya se estuvieran imprimiendo los resultados y repartiéndolos por todos los sitios. Casi en tiempo real”

 

Manuel Pastrana, director de TI del COE

 

Además de lograr el ‘tiempo cero’, para Pastrana había otro desafío en Barcelona 92: cómo preservar el legado de los Juegos para que perduraran en el futuro. “En aquella época no existía la nube, entonces se pensó que el formato del futuro iba a ser el laserdisc, que eran como los compact disc (CD) de hoy pero del tamaño de los LP de vinilo. Todos los vídeos y el material que se produjo se grabó en este tipo de discos”, comenta. 

Pero la tecnología evolucionó rápidamente y este formato fue desplazado por el CD, por lo que los reproductores de laserdisc dejaron de fabricarse. Más adelante, no obstante, toda esta información fue guardada en formatos más modernos. “Barcelona 92 tuvo que vivir aquel momento sin teléfonos móviles, sin la nube, internet era residual. Sin embargo, se tuvo la precaución de guardarlo todo, aunque fuera en un sistema que luego no perduró, pero todos los vídeos, todas las fotos, todo el material de Barcelona 92 se tuvo la precaución de guardarlo en un sistema digital”, afirma Pastrana.

 

La retransmisión televisiva, la gran protagonista

La televisión es el gran cliente. Unos Juegos pueden funcionar maravillosamente, pero si el servicio de televisión es malo, son un desastre”, manifiesta Macau. En Barcelona 92, una de las grandes novedades en este ámbito fue la velocidad de transmisión. Agrega que “el hecho de que en cualquier terminal tuvieras información de cualquier cosa que estaba pasando, aunque estuviera a 300 kilómetros de distancia, fue un cambio enorme y brutal”. Esto, dice, ayudó sobre todo a los medios más pequeños, que podían cubrir remotamente varios acontecimientos al mismo tiempo. Ese año, más de 3.500 millones de personas vieron los Juegos Olímpicos por televisión alrededor del mundo. 

 

"El hecho de que en cualquier terminal tuvieras información de cualquier cosa que estaba pasando, aunque estuviera a 300 kilómetros de distancia, fue un cambio enorme y brutal"

 

Rafael Macau

 

Cuenta Pastrana que la gestión de la retransmisión fue tan buena, que los profesionales audiovisuales de COOB’92 se constituyeron posteriormente en lo que hoy es el OBS (Olympic Broadcasting Services), cuya sede está en Madrid. “Hoy en día, la tecnología de retransmisiones es muy alta, vivir los Juegos es prácticamente vivir el cara a cara con el deportista, vemos imágenes espectaculares, la información que vemos en pantalla de los tiempos y las marcas es directa, el ‘tiempo cero’ que pensábamos crear en Barcelona 92 hoy en día es una realidad. Todo esto gracias a los experimentos que hicimos ese año”.

 

30 años de cambios

En los últimos 30 años, la tecnología ha avanzado a un ritmo sin precedentes y los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 no tienen nada que ver con los de Barcelona 1992. Obviamente, la masificación de internet cambió las reglas del juego en la organización del evento deportivo, pero en los últimos años hemos visto como la aparición de dispositivos y wereables, el deep learning y el machine learning, la robotización, la inteligencia artificial, el internet de las cosas y otras tecnologías han dado paso a una evolución en la organización, transmisión y realización de los Juegos, así como en la misma preparación de los deportistas.

La llegada de la nube tuvo un enorme impacto en la organización de este evento, permitiendo no sólo mejores formas de comunicación y almacenamiento, sino también siendo la puerta de entrada a muchas otras tecnologías innovadoras. Entre las novedades que se vieron en Tokio 2020 se encuentran las máquinas de reconocimiento facial para acceder a las instalaciones y la robotización de muchas tareas, como la atención al público, las traducciones, el traslado de los deportistas (se hizo a través de coches autónomos) o el cuidado de los campos de juego. De la misma forma, el edge computing, la inteligencia artificial y el machine learning permitieron un cómputo de los datos en tiempo real, predecir resultados, hacer proyecciones y automatizar labores.

 

"Gracias a la tecnología se conoce mejor el proceso de entrenamiento, el entrenador tiene mucha más información, la parte médica también está mucho más avanzada, con lo cual hoy en día estamos viendo los grandes resultados de los deportistas"

 

Manuel Pastrana

 

Como afirmaba anteriormente Macau, la televisión es una de las partes más importantes de la organización de los Juegos Olímpicos. Por eso, no es de extrañar que sea uno de los ámbitos en los que la tecnología más cambios ha experimentado. En los últimos Juegos, uno de los objetivos fue entregar al espectador una experiencia lo más completa posible de las competiciones y esto se hizo a través del sistema Matrix 360 (que permite acceder a distintos ángulos y registrar en tiempo real la velocidad de un deportista), definición 4K HDR (incluso la cadena japonesa NHK transmitió en 8K), repeticiones volumétricas (que permiten acceder a un número enorme de puntos de vista) y sensores y cámaras que permiten conocer datos biométricos de los atletas en tiempo real, como su frecuencia cardíaca o su carga adrenalínica. Asimismo, la OBS diseñó un paquete de contenido inmersivo 360º y 180º de las ceremonias de apertura y clausura y de algunas de las pruebas deportivas. 

No obstante, los verdaderos protagonistas de los Juegos Olímpicos son los deportistas, y ellos también se han visto beneficiados por la llegada de nuevas tecnologías. Pastrana asegura que “gracias a la tecnología se conoce mejor el proceso de entrenamiento, el entrenador tiene mucha más información, la parte médica también está mucho más avanzada, con lo cual hoy en día estamos viendo los grandes resultados de los deportistas”. Los relojes inteligentes o wereables están aportando datos biométricos y de salud (logrando predecir lesiones o detectar posibles patologías) y las cámaras y sensores permiten hacer un seguimiento preciso de sus movimientos para luego ser analizados y mejorar sus rendimientos y entrenamientos (como la plataforma 3DAT, con capacidades de seguimiento de IA).

 

El trampolín tecnológico de España

“Lo digo con la boca bien ancha porque estoy muy orgulloso de ello, los cimientos que se pusieron en Barcelona 92 son los mismos cimientos que hoy existen. Evidentemente ha cambiado la tecnología, ha cambiado el hardware, ha cambiado el software, pero la estructura de los puntos donde se apoyó la tecnología de Barcelona 92 es la que hoy en día está vigente en estos sistemas”, sostiene Pastrana. 

Barcelona, de hecho, sufrió una metamorfosis tras los Juegos. En el ámbito de la innovación y la tecnología, ese año 1992 fue el comienzo de un desarrollo que convertiría a la ciudad en lo que ahora es uno de los hubs digitales más importantes de España. “Pusimos en marcha temas que se le estaban dando vueltas en aquel momento y mucha gente quedó convencida de que podían generar los cambios en sus organizaciones”, dice Macau. Cuenta que, entre los miles de voluntarios de los Juegos, muchos eran ejecutivos de alto nivel y directivos de grandes empresas catalanas quienes “vieron en vivo y en directo cómo aquello funcionaba”.

Macau agrega que Barcelona 92 “introdujo temas que se hubieran introducido de todas maneras, pero lo aceleró y además dio confianza. El sistema informático de los Juegos, no sólo no tuvo críticas sino algún pequeño elogio en medios de información general. Ya no tener críticas es un logro en sí”.

 

 



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