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Tecnología e innovación, guardia y custodia de los océanos

El océano encarna un papel crucial en la lucha contra el cambio climático; por ello, Dassault Systèmes pone el foco en este gran ecosistema para revertir mediante tecnología innovadora los estragos causados por la actividad del hombre.

océano

El agua es el recurso más importante. Sin ella, como bien es sabido, no habría vida en la Tierra. Sin embargo, la humanidad se enfrenta hoy en día a las consecuencias de décadas de explotación de recursos sin miramientos. Sequías, inundaciones, escasez de agua y contaminación irrefrenable de ríos y océanos. Revertir esta situación no es tarea sencilla, por lo que Naciones Unidas recuerda anualmente desde 1992 la importancia de proteger los recursos hídricos y fomentar su uso sostenible. Esto incluye el océano, el mayor ecosistema de la Tierra, que desempeña un papel importante en la lucha contra el cambio climático. Para contribuir a su mejora, Dassault Systèmes ilustra cómo es posible “acelerar el cambio” empleando para ello tecnología innovadora. Una baza estratégica en la guardia y custodia de los océanos.

 

Afloramiento oceánico

A causa de los efectos del cambio climático y el aumento de las temperaturas, la preservación de los mares y océanos ha tomado una nueva dimensión. Cubren alrededor del 71% de la superficie terrestre y absorben hasta el 93% del calor global. También retienen grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera, lo que reduce el efecto invernadero y frena aún más el calentamiento global. Esto ocurre en procesos naturales como el afloramiento de los océanos. Ahora, una nueva tecnología enraizada en este proceso se suma a la lucha contra el cambio climático.

Ocean-Based Climate Solution utiliza la energía de las olas y reproduce un proceso natural en el que el agua de mar fría y rica en nutrientes de las capas más profundas del océano sube a la superficie. Por un lado, el agua enfría el aire sobre el mar y, por tanto, la atmósfera. Al mismo tiempo, disuelve el dióxido de carbono del aire. Mediante la fotosíntesis, el fitoplancton, también llamado plancton vegetal, convierte proporcionalmente el CO2 en oxígeno. Además, sirve de alimento a un vasto número de animales que habitan el ecosistema.

Además, la llamada nieve marina, formada por plancton muerto y excrementos de peces, fija cantidades adicionales de CO2 hundiéndose así en el fondo marino. En conjunto, el afloramiento (artificial) de los océanos contribuye a reducir el contenido de CO2 en el aire y, al mismo tiempo, proporciona más alimento y, por tanto, caladeros más productivos y con mayor diversidad acuática.

 

Una solución a prueba de océanos

Pero, ¿cómo llega el agua fría y rica en nutrientes a la superficie? La clave radica en un sofisticado sistema de bombeo que se asemeja a la apariencia de una boya. Sin embargo, lo que parece tan sencillo sólo fue posible gracias a un complejo proceso de diseño y construcción. Para los expertos de Ocean-Based Climate Solutions, la tarea consistía en crear un modelo que debía hacer ante todo dos cosas: en primer lugar, resistir las enormes fuerzas del océano y, en segundo lugar, convertir eficazmente esas fuerzas en energía de bombeo.

En este sentido, la solución SOLIDWORKS de la compañía francesa ha resultado crucial para el éxito. Y es que la herramienta permitió cartografiar virtualmente con precisión la fuerza de la naturaleza del océano y, por tanto, evaluarla mejor. La simulación permitió a los desarrolladores evitar el uso de los costosos recursos que habrían requerido los prototipos físicos. Los puntos débiles, como componentes y materiales demasiado frágiles o voluminosos, también pudieron examinarse en detalle y optimizarse directamente. Así, las bombas de agua pueden funcionar ahora de forma totalmente autosuficiente, ya que obtienen toda la energía que necesitan de las olas y del sol.

 

Eficacia avalada por datos 

Los datos en tiempo real confirman la eficacia de la emisión de CO2, especialmente si se compara con medidas de control en proyectos similares, como la reforestación de bosques, la eficacia de las bombas puede verificarse con extrema precisión. Las bombas están equipadas con sensores y GPS, lo que permite a los científicos controlarlas en todo momento y medir el ahorro de CO2 en tiempo real. De este modo, se ha demostrado que una bomba absorbe indirectamente 250 toneladas de dióxido de carbono al año. Este ahorro permite a Ocean-Based Climate Solutions apoyar a las empresas que aún no han conseguido reducir totalmente sus emisiones de alcance 3, es decir, las emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo de la cadena de valor de una empresa.



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