¿Quién decide la estrategia de IA generativa en una empresa?

El ‘sabor’ generativo de la inteligencia artificial está siendo estudiado y probado por las grandes empresas y organizaciones en todo el mundo. No en vano, la firma de análisis Gartner espera que más del 80% de las compañías hayan utilizado interfaces de programación de aplicaciones (API) de IA generativa o desplegado aplicaciones habilitadas por esta tecnología en entornos de producción en 2026, lo que implica un incremento importante, respecto al 5% de 2023. ¿Pero quién decide sobre la estrategia a seguir en materia de ‘genAI’, como se conoce a esta tecnología en el ámbito anglosajón?

También según los datos de una encuesta realizada a más de 800 directivos por la misma consultora en noviembre del pasado año, los ejecutivos que definen las estrategias de IA generativa en las organizaciones en la actualidad son los directores de tecnología o CTO (así lo cree el 55% de los entrevistados), el director de información o CIO (48%) y el consejero delegado o CEO (45%). Curiosamente el director financiero también empieza a tener voz en este tipo de proyectos estratégicos: un tercio de los CFO ya participa en el desarrollo de la estrategia de IA generativa empresarial.

Alexander Bant, director de investigación del área de finanzas de Gartner, recordaba en una conferencia organizada por la consultora en Sidney (Australia) y que tiene lugar esta semana, que "la gran mayoría de los directores financieros siguen estando descontentos con el rendimiento de las inversiones digitales en toda su organización". Dado que, indicó, se espera que el gasto en IA generativa sea este 2024 de cinco a ocho veces mayor que el año pasado en la mayoría de las organizaciones “muchos CFO están desempeñando el papel de copiloto para garantizar que estas inversiones impulsen beneficios medibles y un crecimiento rentable sin aumentar el riesgo de forma indebida".

Una responsabilidad compartida

El analista apuntó, no obstante, que los directores financieros son conscientes de que las estrategias de IA generativa deben ser interfuncionales. “Están colaborando con sus CIO, CISO y CDAO. Pero muchos están yendo más allá de la mera asociación y, en su lugar, están desempeñando un papel de liderazgo en la elaboración de una estrategia de IA generativa que se alinee y mejore la estrategia empresarial y financiera para la junta directiva, los inversores y los reguladores", añadió, afirmando que este rol debe impulsar conversaciones que “garanticen un despliegue rentable y responsable de esta tecnología”.

Los expertos de Gartner visualizan tres etapas en el proceso de despliegue de la IA generativa en las empresas basadas en tres conceptos: “Defender, ampliar y reemplazar”.

En la primera, la etapa de defensa, las organizaciones deben recoger los frutos que brinda la IA generativa y desarrollar una gobernanza adecuada y hacer que los empleados comprendan la necesidad de hacer un uso responsable de esta tecnología. Esto, argumentan, implica implementar herramientas con bajas barreras de adopción y buscar beneficios rápidos con tareas específicas. Un ejemplo es dotar a los empleados de acceso a asistentes de productividad como los que proponen Microsoft y Google (Copilot y Workspace, respectivamente) “para que GenAI pueda aplicarse a flujos de trabajo relevantes de forma sancionada y controlada”.

La siguiente fase, la de ampliar, supone que la organización invierta en aplicaciones más personalizadas de esta tecnología. “Por ejemplo, la IA generativa podría aumentar las capacidades de los asesores financieros en la gestión de patrimonios. Esto tiene el potencial de ampliar un servicio que actualmente sólo está al alcance de las personas más ricas, proporcionándolo a un público de mercado masivo”, explican desde la consultora.

La última fase, de reemplazo, conlleva un escenario en el que esta tecnología disrumpe por completo la actividad no solo de una organización sino de todo el sector donde esta opera, lo que implica un "cambio de las reglas del juego" que aunque puede ser caro, "también trae consigo potenciales recompensas mucho más elevadas", según Bant, transformando la productividad de los empleados y la eficiencia empresarial y propiciando la aparición de nuevos productos, servicios y mercados junto con nuevos competidores.