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La tecnología se suma a la fuerza del viento para arrastrar naves cargueras y reducir emisiones

Seawing, la tecnología desarrollada de manera conjunta por K-Line y Airseas, una spin-off de Airbus, sigue los principios del kitesurf para aprovechar la fuerza del viento a la hora de moverse sobre el agua y reducir un 20% las emisiones.

Seawing

La tecnología, siguiendo los preceptos del kitesurf, se suma a la fuerza del viento para arrastrar, mediante cometas, buques navales reduciendo así el impacto medioambiental. Esto es lo que abandera Seawing, una tecnología desarrollada de manera conjunta por K-Line y Airseas, la spin-off aeroespacial de Airbus. Ambas compañías han obtenido la aprobación de principio (AIP) de la Sociedad de Clasificación ClassNK para el diseño del sistema de cometas Seawing, convirtiendo la energía eólica en fuerza propulsora de buques. De este modo aprovechan la fuerza del viento para mover naves pesadísimas sobre el agua.  Aplicado a gran escala, se trata de un cometa de 1.000 metros que vuela a unos 300 metros aproximadamente y que lo que hace es ayudar a propulsar a los cargueros a través de las olas.

 

La sostenibilidad, pilar clave

Tal y como ha avanzado Airseas, con esta nueva tecnología aplicada a los buques de carga se espera reducir el consumo de combustible, ahorrando costes y, además, disminuyendo hasta en un 20% las emisiones de carbono a la atmósfera. La idea nació en 2016 de la mano de dos ingenieros de la compañía francesa Airbus. Entonces, apostaron por ella y fundaron Airseas, un soplo de aire fresco para seguir desarrollando esta tecnología con aplicaciones navales. Tras años de investigación, actualmente están probando la tecnología Seawing en un buque de carga que viaja entre Francia y Estados Unidos.

La compañía K-Line, que también forma parte del proyecto desde 2019, comentó que continúan "con el desarrollo de la idea y la ingeniería de detalle, marcándonos como objetivo la instalación del sistema y su evaluación". En este sentido cabe mencionar que ambas compañías esperan tener la tecnología plenamente operativa con vistas al 2025.

 

Operativa

A pesar de que han transcurrido un sinfín de años desde que los barcos comenzaran a emplear la fuerza eólica para desplazarse, Seawing utiliza tecnología de punta para adaptarse a los tiempos modernos que corren.  La cometa es un parapente, muy parecido a la de un kitesurfer, y se lanza mediante un mástil plegable, que también sirve para recoger la cometa y guardarla cuando no se necesita. Su vuelo se controla mediante un software de piloto automático que funciona desde una caja situada debajo de la cometa, que a su vez está unida al barco por un cable de 700 metros de longitud que suministra energía y envía datos hacia y desde el barco; es decir, de manera bidireccional.

"Lo que lo diferencia de otras soluciones eólicas es que el ala no solo es arrastrada por el viento y contrarrestada por el barco. En lugar de eso, vuela en bucles en forma de ocho, que multiplican el efecto de atracción de la corriente de aire para dar lo que llamamos ‘potencia loca’”, explica Vincent Bernatets, cofundador y CEO de Airseas.

Durante un año, el Seawing se ha probado en un carguero fletado por Airbus, navegando por el Océano Atlántico. Fue el pasado mes de mayo cuando la compañía anunció que los resultados habían sido un éxito y que el sistema funcionaba, avanzando que en diciembre se empezará ya a probar en otros cargueros.



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