Guía para el CIO en la integración empresarial de la IA

Es una de las tecnologías que más está dando de qué hablar, y no sin razón. Transversal a las ramas de actividad e industrias, la inteligencia artificial es un activo determinante para los responsables de negocio: la gran mayoría la consideran la próxima gran revolución en tecnología, según un estudio de Edelman. 

Con una tasa de penetración considerable entre las organizaciones empresariales, que son ya una de cada tres, su desarrollo se ve en ocasiones entorpecido por una falta de visión clara sobre los proyectos de IA. Para avanzar en una estrategia adecuada a cada firma, la consultora Gartner propone varios principios de diseño. 

En estas características se pueden apoyar los CIO y las organizaciones para evaluar las aplicaciones inteligentes que buscan tener una repercusión empresarial, más alla de la mejora operacional: según la compañía de análisis, las herramientas que cumplan dos o menos principios deben reconsiderarse. Gartner plantea analizar si se corresponden con estas seis funciones. 

Anticipar el futuro. La IA debe poder generar informaciones que anticipen movimientos de agentes vinculados al negocio, desde clientes a los mercados, y conclusiones sobre cómo comportarse ante estas situaciones. 

Actuar de manera autónoma. Las herramientas inteligentes desarrollan la automatización de procesos manuales y, en un grado de evolución siguiente, pueden funcionar de forma autónoma. Esto permite que  la plantilla se centre en otras actividades estratégicas y, por tanto, mejora la productividad. 

Conectar con el cliente. El uso de funcionalidades como chatbots permite recabar información crítica sobre los usuarios, que a su vez ayudan a mejorar la experiencia de cliente y la relación con el consumidor. 

Mejorar lo físico. El uso de determinadas herramientas puede marcar la diferencia en el mundo físico al potenciar otras tecnologías avanzadas, como es el caso de la aplicación de IA en impresión 3D, que permite llegar a casos de uso más complejos. 

Detectar lo invisible. Las características de la IA, como el rápido procesamiento de datos —informaciones que al ser humano le cuesta mucho más tiempo analizar— de situaciones complejas hace que se agilice la toma de decisiones, una importante ventaja competitiva. 

Gestionar el riesgo, la seguridad y la privacidad, barreras importantes en el trabajo con IA, para evitar los problemas que puedan derivar de su uso.