2022, el año en el que el CIO empieza a hacer realidad sus inversiones TI

Los CIO 100 Awards celebrados a mediados de diciembre en el Hotel Four Seasons de Madrid fueron los que desvelaron las principales tendencias tecnológicas que entidades públicas y privadas han implementado en el último ejercicio. Son proyectos reales que se han materializado después de una apuesta inversora decidida y que han generado, además, un impacto positivo en los procesos operativos de las respectivas organizaciones.

Ganadores y finalistas lideraron proyectos innovadores de base tecnológica que se incluyeron, en la mayoría de las ocasiones, dentro del plan general estratégico de sus respectivas organizaciones. Esto es, tecnología y negocio, una vez más, de la mano. Así lo constata, por cierto, una de las iniciativas puestas en marcha por el CIO del Año, Sergio Peinado, de Grupo Correos, que impulsó la creación de figuras específicas para gestionar las necesidades departamentales y resolverlas a través de tecnología.

Las empresas participantes apostaron por la automatización e hiperautomatización, optimización del uso de la información, RPA, digitalización de procesos manuales, como es el caso del Ayuntamiento de Madrid, ganador del premio en la categoría de Administración Pública, que ha pasado del 15% al 75% de tramitaciones electrónicas en registros de entrada, ha reducido un 80% la transmisión de expedientes en papel entre centros o ha permitido implantar certificados del padrón desde el móvil en un tiempo estimado de un minuto.

La adopción de cloud, si bien no parece a priori un paso destacable, ha sido la base sobre la que muchos CIO han podido avanzar en la digitalización de los procesos de negocio. En el caso de Evo Banco, su CIO, Rubén Andrés Priego, ha decidido ampliar la estrategia cloud-first a varias regiones incluyendo la hiperautomatización de las operaciones de TI para conmutar entre regiones y garantizar la continuidad en caso de desastres. Para Caixabank, la adopción de soluciones en la nube ha sido clave para agilizar y acelerar los procesos de negocio y ha permitido el acceso a datos y a aplicaciones por empleados y colaboradores independientemente de su ubicación.

Según un estudio de McKinsey, la IA aplicada ha sido la tecnología favorita de los CIO 

Nacho Santillana, CIO del Ayuntamiento de Barcelona, ha destacado en una charla con CIO España la implantación del voto electrónico como uno de los hitos que ha liderado en el consistorio. Digitalizar estos procedimientos ha implicado poner el foco en la seguridad y en la experiencia del usuario para permitir votaciones en remoto, desde el móvil, y ahorrar así muchos costes de desplazamiento.

La IA ha sido otra de las grandes tendencias tecnológicas que los responsables de TI han abrazado. De hecho, tal y como ha revelado un informe de McKinsey, ha sido la tecnología favorita de los CIO por su versatilidad y capacidades analítica y de previsión. En el caso del Banco Sabadell, por ejemplo, y tal y como declaró a este medio Luis Echávarri, responsable de analítica de datos e IA, ha permitido crear modelos analíticos que permite detectar comportamientos y sacar conclusiones muy valiosas para la entidad, por ejemplo, en la detección temprana de fraude. El origen de la estrategia de transformación liderada por Juan Antonio Relaño, CIO de Bosch, y presentada también en el marco de los Premios CIO 100 Awards ha sido la conversión de la firma en un líder de IoT basado en la inteligencia artificial.

También hemos visto que en el último año, los CIO han pedido a los proveedores de TI que sean algo más que meros facilitadores de soluciones tecnológicas. Tal y como declararon a este medio algunos de los responsables tecnológicos más relevantes del país les han pedido compromiso, fidelidad, especialización, honestidad, asesoramiento y confianza. “Los socios tecnológicos son aquellos con quienes te aventuras en una relación a largo plazo”, resumió Pablo Monteliu, CIO de AON.

En términos generales podría decirse que este 2022 ha sido un ejercicio en el que los CIO han empezado a asentar la inversión en tecnología llevada a cabo, y en gran medida acelerada por la pandemia, y a plasmarla en proyectos con un impacto directo en el negocio y en la relación con clientes y ciudadanos.